Días después de que los chicos llegaran a Francia, Renée llega a la casa para visitar a los muchachos acompañada de Christian. En cuanto ve a Sylvie corre hacia ella y le da un abrazo, sonriendo y llorando a la vez.—¡No puedo creerlo, mi niña! ¡¡Estás embarazada!! Pero qué hermosa te ves.—Y eso que no conoces la mejor noticia, madre —Renée lo mira sin entender y él sonríe feliz—. Serán gemelas.—¡¡Ay, por Dios!! Sylvie, Ilhan, no lo puedo creer… qué hermosa noticia —la mujer los abraza a cada uno y no puede evitar coger con sus manos el rostro de su hijo, mirarlo a los ojos feliz y acariciarlo como cuando era niño—. Estoy tan feliz por ti, hijo mío. Se nota en tu rostro la felicidad.«No tienes idea, cuántas veces soñé verte así, feliz, sonriendo, tan tranquilo en una paz que siempre te mereciste y me alegra tanto que lo hayas conseguido con Sylvie.—Yo soy aún más feliz, madre, esta mujer es mucho más que la felicidad, mucho más que la paz —la pareja se mira y se sonríe completamen
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