STEVEN¡Esta mujer me va a volver loco! Lo juro.Me visto rápidamente y, desde el interfono del ático, marco el número de extensión de Alan.—Ven aquí inmediatamente —le ordeno en cuanto me responde.Me pongo un par de zapatos cómodos, cojo la cartera, que meto en la parte trasera de los vaqueros, y me dirijo al ascensor, que acaba de llegar a la planta.Alan sale, paralizado.—¿Qué ha pasado? —pregunta, preocupado.—Olivia me llamó, estaba muy agitada... dice que alguien las está siguiendo y nos acusó de ser los instigadores —fuera de todo.Me mira dubitativo, con una ceja levantada.—¿Lo hiciste de nuevo Steve?—No, no fui yo, por eso estoy ansioso.—Tal vez se equivocó, quién la seguiría…—Alan —le interrumpo bruscamente—. Yo también he pensado en esta eventualidad, pero todavía no estoy tranquilo, tengo como un presentimiento... —Me llevó una mano al pecho, en un intento por hacerme entender.—¿Te ha dicho dónde están? —pregunta ahora más ansioso.—No, por otro lado, me dijo que m
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