Llegando a su casa, oliendo a alcohol después de haber tenido una tarde donde los pensamientos y el aroma de Cristal lo seguían embriagando como si estuviera a su lado al mismo tiempo que recordaba que Tábata podía estar embarazada de igual manera.Entró a su casa, en la barra estaba la madre de Brandon como siempre que al escucharlo llegar en mal estado se asustó. Nunca había visto a su hijo de esa manera, nunca lo había visto llegar tan tomado.— ¡Brandon, hijo, ¿qué fue lo que pasó?! —Fue hasta él a paso rápido. — ¡Hijo, ¿qué pasa?!—Suéltame, Victoria, suéltame.Sin hacer caso a las palabras de su hijo, por supuesto, lo ayudó a sentarse en el sillón más cercano.—Hijo, hijo, ¿qué pasa? ¿Qué fue lo que pasó?— ¿Dónde está Cristal? Q-quiero ver a Cristal —habló Brandon torpemente.— ¿Por qué tienes que nombrar a esa estúpida? Hijo, ella no te hace nada bien, ¿por qué mejor no te fijas en la mujer que está dispuesta a darlo todo por ti con tan solo una mirada?Lejos de que su mad
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