CAPÍTULO 48. PRESAGIO
Aurora, condado de Cayuga, Nueva York.Luego de conducir por más de cuatro horas, James estacionó su auto y se dirigió hacia la casa de su único hermano. Se retiró sus gafas de sol sin poder dejar de admirar el lugar en el que vivía Oliver, rodeado de frondosos árboles, todo era verde por donde veía.— ¿En qué lío te metiste? —preguntó Oliver al salir a recibirlo.James se aclaró la garganta.—Lo voy a solucionar —mencionó—, necesito quedarme un par de días.Oliver tensó su mandíbula.—No quiero problemas, no voy a arriesgar a mi mujer y a mis hijos, por tus estupideces.—No me puedes dar la espalda, soy tu única familia —James refunfuñó.—Claro que puedo —señaló—, me ha costado mucho trabajo formar mi patrimonio, como para que llegues tú y me pongas en riesgo, de que me acusen de ser tu cómplice.—Eres un mal hermano, parece que ya se te olvido quien te ayudó a pagar tus estudios.Oliver movió la cabeza.—Te voy a dar alojamiento solo por hoy, lo más que puedo hacer es darte las llav
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