Hace cuatro años. Snape. —Cuando te vayas a venir, avísame. Yo me arrodillaré ante ti y me darás de esa leche espesa para poder Alimentarme. Me descontrolo, dándole lo que quiere, sin que me lo tenga que pedir dos veces. Quito su mano con brusquedad de mi dureza y hago a la bruja frente a mi retroceder, hasta que se topa con la pared. Su espalda pega con fuerza y ella gime, adolorida, pero no le presta atención a su propio dolor, porque la excitación puede más. Agarra mi cintura con la intención de no dejarme ir. Mi miembro, aun cubierto por mi pantalón, se restriega contra su feminidad. Muevo mi cadera, clavando todo lo que puedo en ella, quien lanza su cabeza hacia atrás y se regodea con las sensaciones. Su cadera se mueve por instinto, manteniendo fricción conmigo. Dios, como se pone con unos simples roces. Se nota que ella es sensible, y mejor aún, se nota que no puede resistirse a mí, así como yo tampoco puedo ni quiero resistirme a ella. Tomo su cabello con brusquedad, haci
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