EMMA.Tenía el cuerpo tembloroso cuando Noah desató mis manos, y me llevó con cuidado a una habitación. Ni siquiera tenía razón del tiempo, podía ser aún la noche, o la madrugada, y mis ojos se cerraron cuando una lámpara se encendió cerca de la cama.Estaba completamente desnuda cuando me metió a la cama, y él estaba a punto de salir de esa habitación cuando, de forma débil, lo tomé del brazo.—No me dejes sola, no después de esto… —Noah se metió conmigo dentro de las sábanas, y luego me recosté en su pecho, delineando su torso, y viendo al mismo tiempo sus figuras.Mis párpados estaban demasiado pesados, pero podía decir ahora mismo que este encuentro había llegado a otro nivel. A pesar de la oscuridad en ese cuarto, había cerrado mis ojos, y literalmente la situación que ocurría allí, dejando mi mente solo en nuestro acto, como Noah me había enseñado, solo me había aferrado más a este hombre.Es como si creara una dependencia de su cuerpo, de su toque, de sus palabras, es como si e
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