Le tomaron medidas para su traje nupcial que serían en blanco y dorado, en los momentos en que debía descansar, le aplicaban tratamientos de belleza en cara, cuerpo y cabello. Así que solía caer rendida por las noches. Aun así, en los breves momentos antes de reunirse con Morfeo, sus pensamientos invariablemente iban hacia el hombre de sus pesadillas, de sus sueños y quizás al de su vida, siempre él aparecía: León. Un día antes del gran día, estaba Salma dándole un tratamiento a su cabello. ¿Irán muchos mañana? –preguntaba Gabriela. Vendrán de todas partes. El rey dará un banquete en palacio y se darán regalos al pueblo. Creo que… Amal podrá entrar solo por ese día. ¿Y eso por qué? Por que su abuelo estará allí y ella como su nieta tendrá acceso, aunque sea solo por ese día. Bien, justo lo que necesitaba. Usted estará bien. Jazmín y yo estaremos para lo que necesite. Lo sé. –le dijo con una sonrisa, no permitiría que alguien tan venenoso le inquietara ni el momento, ni el día n
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