Los primeros días después de separarme de él, creí que moriría, sentía a mi corazón apagarse lenamente como si no pudiese soportar el gran dolor de su ausencia. Revivía de manera rumiante los recuerdos de el abranzándome, basándome, el sonido de su risa, la forma de mirarme repleta de amor y deseo y pensé realmente que no sobreviviría a aquello. _Debes salir de la casa, ¿Por qué no vamos esta tarde a Sorrento, a tu apartamento, junto al mar?Luciana había hecho un gran trabajo, había preparado ella prácticamente todos los papeles y yo solo había enido que firmar, por fin había heredado todo legalmente, la villa de mi padrastro, el apartamento de mi madre, e incluso una gran suma de dinero que tenían guardada para mi y no esperaba, exactamente algo más de cien mil euros que me permitiría cubrir del todo la hipoteca de España y dejar bastantes ahorros tambien en mi banco de allí._Ese apartamento me traería bastantes recuerdos, prefiero no ir sinceramente... Dije triste. _Debes salir
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