Cuando finalmente bajo otra vez unos veinte minutos después, el ambiente sigue igual: mis padres y los de Luka charlando amenamente, muy contentos aparentemente con lo que sea que sea su tema de conversación, y mi amigo casi retraído, cosa poco usual en él con su personalidad más bien relajada y bromista, lo cual me hace pensar que, lo que están hablando nuestros padres, no es un tema que le agrade, lo que solo me da más curiosidad y, a su vez, me preocupa aún más. En cuanto notan mi presencia, mi madre me llama a que me una y parece muy efusiva, quizás demasiado. -Ven cariño, Graciela nos estaba contando que su sobrina, Yanis, se comprometió hace un mes y que la boda será en marzo, antes de que ella deba volver a sus clases.-¿En serio?-Sí, va a ser una boda otoñal, le gustan mucho los tonos dorados y la vegetación que empieza a palidecer en esa época. -Bueno, la verdad es que, lo que le ocurre a los árboles en realidad, se trata de un simple proceso natural: como las horas de lu
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