Capítulo veintiocho. ¡No voy a dejarte!
¡No voy a dejarte!Loretta gruñó como si fuese un animal rabioso, miró a Pilar con ojos de burla.—Tú no eres nadie, él jamás va a amarte —la mujer sonrió con crueldad.Pilar no fue capaz de sentir lástima por Loretta, no después de saber que era ella quien propicio su secuestro.—Nunca tendrás la certeza si lo hizo o no —aseguró Pilar con enojo.—No lo mereces, Domenico es mucho hombre para una idiota como tú, fue tan fácil sacarte de en medio, una lástima que quién te llevó no tenía interés en matarte, ¡de haberlo sabido, te habría matado yo! —gritó, agitando su cuerpo, haciendo mover las cadenas que la sostenían.Pilar tomó la pistola que descansaba sobre una mesa cercana, le quitó el seguro y apuntó a la cabeza de Loretta, sorprendiendo a Ivana.—Señora Conte —dijo al verla empuñar la pistola.Ivana sabía muy bien lo que significaba disparar por primera vez sobre un ser humano y sabía que luego de eso no había vuelta atrás.—Hazlo, Pilar, ¡mátame de una puta vez! —gritó Loretta, p
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