Habían pasado 2 semanas, Mariano había investigado a Alessandra, aún no había sacado mucho de ella. Solo sobre sus padres y ella, pero tampoco muy a fondo. No podía sacarla de su cabeza, no podía estar equivocado, era ella, su bella hermana. Esa niña que a los 10 años, fue declarada muerta, según los médicos, ella no podía sobrevivir. Pero ahora todo había cambiado, verla después de creerla muerta, hecha toda una mujer. Jamás hablaban de ella, su hermana había sido su pasado, pero ahora no. Ella estaba viva y no era un fantasma, era real.En el club nocturno de Orlando, en su oficina, la veía servir las mesas, no le gustaba como iba vestida. Orlando miró a su amigo y le siguió la mirada y vio a Alessa.—No es ella, Mariano. — la voz de Orlando, le sacó de sus pensamientos. — Tal vez tenga sus ojos, su cara, su sonrisa... — se calló y arrugó su ceño.—¿Y no crees qué es mucha casualidad? — exclamó. —Todo su aspecto es igual, no sé si su cuerpo, porque tenía 10 años, pero no sé.—No te
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