*** El cuerpo estaba limpio, pero parte de su alma no podía estarlo. Frente al espejo, noto los chupetones en la clavícula que, de solo recordar, le causaron nauseas. Aun si restregara fuerte sobre la marca, esta no desaparecía. La piel solo se tornó roja en la zona, dejando caer algunas lágrimas junto a una mirada perdida. El tacto que Oliver habida dejado en la piel, era aborrecido. Solo cuando recordó a su salvador, logro volver a darse una ducha de agua fría para agradecer poseer el sentimiento de ser protegida por él. Una sonrisa apagada pero segura, se dibujó en los labios que antes habían sido agredidos por el enemigo. El recuerdo de un maravilloso beso, colocado en un marco mental dulce y empalagoso, ahora resultaba destruido y reemplazado por una agresivo y asqueroso. De inmediato forcejeo las muñecas contra la boca, deseando volver a marcarlos con el tacto de Marco. Pero le resultaba imposible pensar en ese apreciado beso sin la sensación que Oliver dejo como un tatuaje
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