Ya de regreso en casa intentaron olvidar lo que no sabían si había ocurrido o no, pero les llevaría tiempo recuperar la comodidad que compartían al estar juntos. Cuando Romma lo miraba, se recriminaba haber invitado a Sandro a su casa de campo. Y Sandro evitaba mirarla a la cara, para no incomodarla más.En los días siguientes, ya con la rutina del trabajo y las ocupaciones con los preparativos de la boda, fueron dejando atrás aquella situación y volvían relativamente a la normalidad.Romma le había confiado a Nicky lo sucedido, y el joven, con su clásica actitud, sólo le dijo: “Eso es cuestión de tiempo que ocurra, si no pasó allí, en cualquier momento pasará. Dos adultos guapos, saludables y hormonales compartiendo la cama, no comprendo por qué aún no lo aceptan.”Eso quedó grabado en la mente de Romma y se prometió mantenerse alerta en el futuro. No había espacio para errores en sus planes, había demasiado en juego.Aquel día Romma fue a encontrarse con Sandro en casa del abuelo pa
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