CAPÍTULO 44. ENCUBIERTA
Horas más tarde.Eran las 2: 00 am, cuando Iñaki regresó, después de no detenerse, intentando encontrar a su mujer. Se sentó sobre la cama, sintiendo gran impotencia al no tener noticias de ella. Lleno de impaciencia observaba su móvil, esperando que se comunicara con él, sin embargo, conforme transcurría el tiempo, fue perdiendo la esperanza.Recargó su cabeza sobre la mullida almohada, y tomó entre sus dedos el portarretratos que tenía sobre la mesa de noche, un gran atisbo de tristeza cubrió su sombríos ojos marrón, al ver aquella imagen de la noche en la que contrajo nupcias con ella.—Tiene que ser una mentira de Jackson, que la boda no es falsa.Trazó con su dedo índice, el contorno de Antonella.—Caí en mi propia trampa —susurró abatido—, la temible bestia, se enamoró de su presa. —Pasó saliva con dificultad.Abrazó con fuerza aquel portaretratos, que la misma chica Bianchi, había colocado días después de su boda y cerró los párpados hasta que el cansancio lo venció y aquellos
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