CAPÍTULO SETENTA Y CINCO Alex llegó aquella habitación con los pulmones en la boca, apenas leyó el mensaje que Adele le había enviado, avisándole de la tragedia, corrió hacia la habitación en donde estaba su cuñada. Se puso pálido con lo que vio y por un breve instante se quedó estático en el umbral de la habitación, sin saber que hacer ni decir. Lucca estaba amarrado con cuerdas en sus manos y pies, el rostro amoratado y la sangre le escurría de la nariz, boca y cabeza. Estaba botado en el suelo, inconsciente, por la paliza que le había dado Cameron. En tanto Emily estaba en la cama, con la ropa rasgada, pero tapada con una sábana blanca, mientras el paramédico le sacaba sangre. —Lucca drogó a Emily —dijo Adele cuando vio a Alex—. M****a la drogo con alguna sustancia…—repitió nerviosa—. Ese hijo de puta iba aprovecharse de ella en su estado de vulnerabilidad. —Yo los vi besándose —se excusó Alex, mientras se tocaba la nuca, avergonzado. —¡La estaba forzando! —le gritó Adele co
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