—¡Espera! —exclamó ella, mientras la confusión y la sorpresa por la rapidez con la que él iba organizando todo le iban desapareciendo de la cabeza—. Todavía tenemos muchas cosas de las que hablar.—Supongo que ya te habrás ocupado de conseguir un buen médico — continuó él, ignorando la protesta de Amira—. Sin embargo, me gustaría tener la opinión de otro para poder estar tranquilos.Completamente descontenta con la manera en la que Lewis parecía ir tomando las riendas de las cosas y de su vida, Amira, trató varias veces de detenerle. Sin embargo, él seguía paseando arriba y abajo de la habitación, organizando detalles y tomando decisiones tanto para ella como para el niño, por lo que ella decidió esperar a que él se detuviera. Había muchas más cosas en juego entre ellos dos que un embarazo no esperado.—De hecho, cuanto más pienso en ello —le decía él—, más me parece que una boda en el campo, tal vez en la iglesia del pueblo donde vive tu hermana sería ideal a estas alturas del año —a
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