De compras.
Suspiro y enfoco mi mirada en el anillo. No parece tan esplendoroso. Es más, parece una baratija. Pero es bonito. Claro, si la boda y todo lo relacionado a ella va a ser una farsa pues será meramente un trato comercial es de suponer que el anillo no sea la gran cosa, y por lo que pude leer en el dichoso contrato el señor Phill es un tacaño. Si, eso creo. O tal vez soy yo que debo ser realista. Solo seré su empleada y no tengo porque tener derecho sobre sus bienes , o acceso a joyas de verdad. Así que volviendo a mirar el anillo y sonreír nerviosa me levanto también. Voy de salida. — señorita , esto es para su madre, aquí está el menú para los almuerzos , solo tiene que levantar el teléfono, pedir lo que deseen comer y Jaime se los llevará al penthouse — me dice el mesero.— Jaime...¿ Quien es Jaime?—pregunto curiosa. Él señala su cara con su índice. Frunzo mi entrecejo. — ¿usted ? Pero , creí que su nombre era Augusto—digo. — si, también es mi nombre, casi todas las personas te
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