Dos horas después me miro en el espejo y no me reconozco. Aunque mi primera intención siempre fué ponerme un bleiser y una falda tubo color ciruela y cancelar esa llamada a Kara realmente fué demasiado tarde. —¿ Es que acaso pretendes verte como una asistente Lily? Mira... esa está bonita para una reunión social con tu futuro marido— allí enrojeci. Que tonta. Solo de pensarlo aún me ruboriza. Ella suelta una risita chocante y entonces toma un vestido negro de corte romántico , escote corazón y transparencias en manga y escote. Pero muy corto. Demasiado diría yo. "Es que creo que jamás lucí mis piernas a ese nivel. Lo espantaré con la blancura de cada una. Sentiré frío, temblaré y se arruinará la cena pues derramaré el vino y lo avergonzaré, por eso no puedo usar ese vestido". Comento y la miro con gesto divertido. Ella suspira. — solo porque tengo cierto miedo a que algo así pase en verdad , entonces... este, de este no te salvarás—dice y me muestra un vestido tres cuartos, con
P.o.v.Phill.Bajo las escaleras con prontitud. Tengo una junta muy importante esta mañana. Hemos recibido un pedido bastante importante de Arabia y papá me ha pedido me encargue de los trámites de realización y envío. Pero la junta es a las ocho y treinta y son las siete y treinta. Una hora de diferencia es muy poco tiempo. No me gusta llegar a las carreras y tener que volar por así decirlo a la salas de juntas sin siquiera pasarme por el cafetín y tomar un café como Dios manda. Entonces cuando estoy a punto de abrir la puerta un grito cuyo propósito es que me devuelva y aproxime y que viene del comedor se oye. Freno en el acto y giro , mi padre está de pie al umbral de la puerta que da al comedor principal con el periódico en la mano. —¿ Esto es en serio?—pregunta señalando primera plana con una sonrisa muy amplia y deslumbrante. Hago un gesto interrogante. Él suelta el periódico dejándolo caer al piso y camina hasta mí con sus brazos en posición abrazo y me estampa uno de esos q
Respiro hondo y tomo las pastillas. Le agradezco a mi secretaria diciéndole que voy a mi oficina y que no deseo ser molestado por nadie. Pero mientras me conduzco hasta allí con el centelleo doloroso en mi cabeza aún;pero empezando a minimizar , entonces me doy cuenta que hay rumores de pasillo. Todos hablan entre si. Vaya parece que la notícia de mi compromiso ya es pública. Muy pública , era lo que quería pero no sé si esté preparado para tantas reacciones al mismo tiempo. Entro a mi oficina , recibo llamadas importantes que atiendo y desvío otras de menos peso con Daniels. Entonces la puerta de mi oficina se abre. No lo puedo creer , es Amanda Bastidas, la asistente de contabilidad, con quién salgo de vez en cuando y a quien tengo prohibido poner pie en presidencia.— señor, le advertí que no quería recibir a nadie pero...—intenta mi secretaria excusarse y le hago una seña con mi mano para que se retire. Amanda camina hasta mi escritorio y deja caer el periódico sobre el mismo y c
— ay pero que mal educada no le he ofrecido café , voy ahora mismo a preparar un poco, con permiso —dice mamá. Sé que desea dejarnos solos un tiempo. Él toma mi mentón cuando mamá se ha ido. Me hace mirarlo. —¿ Sucede algo señorita Williams ?—sonrio triste. —¿ Y si lo arruino?—pregunto preocupada. Él sonríe comprensivo. — estoy seguro que no lo hará, todo saldrá bien, solo Serán unos pocos días más y todo terminará, estaremos casados — palidezco. Él sonríe divertido. — dije que su madre podía ir para no herirla, pero...—lo miro absorta. — ¿ No quiere que vaya conmigo?— su madre no conoce nuestros planes, podría arruinarlo, busque una excusa señorita para que no vaya—dice. Lo miro decepcionada. Él suspira. Parece que lo convenzo con mi cara de tragedia. — está bien, no me mire así, podria ir, asegúrese de que no lo arruine, que compre un vestido y vaya al salón —dice tajante. Mira su reloj. Parece querer huir de aquí. — lo hará y lucirá muy hermosa, ahora sí no es molestia , de
— bienvenidos señor y señora McMillan, les hemos arreglado una suite nupcial maravillosa—dice una atenta mujer de unos cuarenta y cinco años. Ambos agradecemos pero cuando estamos parados frente al ascensor un botones se lamenta de que el mismo está fallando y debemos tomar las escaleras. Prometen arreglarlo pronto. Phill se queja pero pronto entiende y accedemos subir las escaleras hasta nuestra suite. El botones va delante de nosotros con nuestro equipaje y Phill va haciendo una llamada con sus audífonos puestos . Yo voy tras él sintiéndome un poco como una tonta. ¿Por qué tengo que esperar que tome mi mano y me ayude a subir? ¿ O tan siquiera voltee a mirarme para ver si estoy bien? ¿Por qué habría de esperar que me alzara en brazos como se acostumbra y me llevara en ellos hasta nuestra cama en la suite? Soy una tonta . Lucho por despedir esas ideas. El botones voltea y nos mira interrogante. Tal vez está cansado de guiar miles de parejas de recién casados y lo que ve ahora no lo p
Abro mis ojos y voy en una camioneta pickup acostada en la parte trasera rodeada de tres hombres cuyas caras logran intimidarme. Enseguida caigo en cuenta que estoy siendo conducida a un lugar que no es el hotel. Intento levantarme invadida por el pánico dispuesta a lanzarme del vehículo de ser necesario. Entonces los hombres intentan calmarme. —La llevaremos a la médicatura de la isla, está solo a unos pocos kilómetros—Los miro confundida. —¿Medicatura? ¿ Por qué ?—Entonces recuerdo mi pierna. Estaba tan aterrada que el dolor pasó a segundo plano. No puede ser Phill ha de estar muy preocupado. Miro mi pierna y está hinchada. Tiene una especie de rosetas. No me queda más alternativa que ponerme en mano de estos desconocidos. Al llegar a la medicatura que no es más que una choza en medio de la nada una mujer de aspecto extraño me recibe. Enseguida busco mi bolsa. No la tengo y los hombres que me han traído no me saben dar razón. Quería llamar a Phill para que no se preocupara. La m
Poco después Phill regresa con unos medicamentos que consiguió en la farmacia. Revisa mi pierna y me coloca una bolsa con hielos en la herida. Estoy muy adolorida. Mi pierna está muy inflamada y no parece mejorar. Pero él me asegura que con los medicamentos y la bolsa de hielos mañana estaré mejor. Cierro los ojos mientras él está sentado allí atendiendo mi pierna. No deseo mirarlo a los ojos. Estoy avergonzada por mi reacción y mi ataque de rabieta pero en el fondo siendo que tengo justificación. Él parece adivinar que no deseo hablar y se limita a pasar con cuidado el hielo por mi pierna. Contengo una lágrima rebelde. Me siento sola , aterrada por esta nueva vida que acabo de iniciar, herida porque este hombre no fué capaz de considerar mi posición ni siquiera por una semana , estoy ofendida y confundida. Agarro aire pensativa. Luego de un momento oigo la puerta de la habitación abrirse y cerrarse y abro los ojos. Se ha ido tal vez a la otra habitación. Me levanto con cuidado y tomo
En el aeropuerto un auto ya esperaba por nosotros. Lo abordamos y fuimos conducidos a una zona residencial espléndida. Esta zona residencial muestra un maravilloso ambiente natural con excelente panorámica hacia las colinas y valles, voy encantada mirando por la ventanilla mientras mi esposo no despega la vista de su laptop y no para de atender llamadas . Estoy fascinada con esta parte de la ciudad que obvio nunca jamás había visto, no sabía que existía y me tiene con la boca abierta desde que entramos a la urbe, ¡Dios! me imagino correr por las mañanas por estos alrededores tan mágicos, ya quiero dar un paseo y conocerlo mejor, entonces por fin el auto se detiene en una espectacular vivienda . Parece una de esas que alguna vez ví en revistas de personajes súper importantes, no puedo evitar sonreír y morder mi labio encantada, falta hablar con mi marido y ver si es posible traer a mamá hasta aquí. Me da pena que viva sola , al menos quisiera tenerla cerca y poder estar pendiente de ell