Desde lo alto de los frondosos pinos, ahí escondido como si se tratase de una presa, esperando a que su cazador tome un nuevo rumbo, se encontraba Lucifer, estaba observando como su casa de campo había sido tomada como parque de diversiones, al rededor de una fogata bailaban mujeres desnudas, aproximadamente ocho mujeres bailaban sin parar, dejándose llevar por movimientos un poco inusuales, un pequeño tamborcillo era tocado por un ser extraño, que marcaba el ritmo de la música para las mujeres.Más allá, en una carpa instalada en el exterior de la cabaña, varias parejas, tanto de hombres como mujeres, compartían fluidos de boca a boca, todos con todos, frotaban y mallugaban sus cuerpos, llevándolos a compartir un momento de éxtasis carnal.Si enfocabas bien la vista, te podías dar cuenta de los dos hombres que cogían sin pudor, frente a un público de personas, sumándose luego otro hombre y después otro más.Al otro lado de la cabaña, tenían un cerdo de cabeza y un cabrito, aparenteme
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