Axel Vega LazcanoMazamitla, Jalisco, MéxicoBesé a Amaia con mucha ternura y amor, quería que, ella se relajara completamente en mis brazos, mientras le pasaba el miedo a la tormenta. La fui acariciando con mucha delicadeza, mientras nuestros besos, estaban encendiendo la temperatura, dando paso para que, yo le hiciera con mucho cariño, el amor a mi hermosa mujer.La estaba despojando de su ropa despacio, cuando sonó por primera vez, mi celular en la mesita de noche, que inoportuno el que estaba llamando justo ahora, no me podía detener, eso lo sabía de sobra.–Ahora no, Axel – Me suplicó ella, muy agitada – Necesito que, me hagas tuya, estoy que, ya no aguanto más.–Yo tampoco, preciosa – La seguí besando, sin ver ni quién me llamaba – Te amo Amaia, lo haremos muy lento, que no quiero lastimarte. Sí te duele algo o te sientes mal, me dices y me detendré.Yo anteponía su bienestar, y que se encontrara bien para poder iniciar algo, porque no la quería lastimar.–Sí mi amor, gracias Ax
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