Axel Vega LazcanoMazamitla, Jalisco, México–No amor, para nada cariño. Vamos a cenar aquí, estamos cansados todos y tú estás muy lastimada de tus pies, déjame por favor que te cuide y te consienta como te mereces.–Sí mi amor, para mí está bien lo que tu decidas, Axel.Ya no tendríamos que salir a buscar un lugar para cenar, aquí mismo lo podíamos hacer, ya con más calma el día de mañana veremos qué otra cosa podemos hacer sin tener que caminar.–Gracias, por dejarme cuidarte, Amaia.Yo estaría siempre dispuesto a cuidar de ella, no había necesidad de que se encontrara enferma, mi deber era cuidarla estando bien o mal.–Por nada, mi rey.Me levanté para ir a abrirles a Lore y a la güera quienes, se habían dado a la tarea de ir a comprar la cena, con eso sí que me estaban sorprendiendo mucho, era de un lugar que me gustaba mucho de aquí de Mazamitla y estaba seguro que, a Amaia, le iba a encantar tanto como a mí. Ellas entraron a la cabaña y se quedaron en el comedor organizando todo
Amaia Domínguez GarcíaMazamitla, Jalisco, MéxicoTerminamos de cenar y Axel ayudó a la güera y a Lore a recoger todo y lavar los trastes que, se habían utilizado. Se pusieron también a preparar café para la velada afuera, lo que haríamos de la fogata y de contar historias de terror, algo que me daba un poco de miedo, pero lo haría por complacerlas a ellas y a mi guapísimo Axel, el hombre al que amaba.–Lore, está vibrando tu teléfono – Le avisé – Está aquí en la mesa.–Gracias Amaia, es mi mamá, ahora vuelvo, saldré a hablar con ella, aquí dentro no hay muy buena recepción.–Sí, claro – Le respondí.Lore salió a responder la llamada de su madre y la güera y Axel siguieron con lo suyo, pero eso, no duró mucho. Axel por supuesto quiso saber lo que pasaba con la güera y con su primo Sebastián y ya con Lore afuera de la cabaña, lo podía preguntar con toda libertad posible, ellos se sentaron a la mesa conmigo apenas terminaron con la cocina.Axel, me sentó en sus piernas, para poder abraz
Amaia Domínguez GarcíaMazamitla, Jalisco, México–Sí, mi amor – Axel me besó con mucha ternura – Te amo, Amaia ¿Se te ha pasado algo el dolor?–Sí amor, me duele, pero menos. Te amo Axel – Respondí.Ya el malestar había disminuido notablemente, pues esa curación que me había hecho de último momento, me sentía un poco más liberada, ya no estaba tan presionada por el dolor.–Se ven hermosos y divinos juntos – Nos dijo la güera – Con ustedes dos, es que compruebo que, el amor sí existe, por lo demás no tengo ninguna prueba.Axel y yo, le sonreímos a la güera. Claro que, el amor existía y Axel, me lo hacía sentir en cada momento y lugar cuando estábamos juntos. Era como si se detuviera el tiempo con nosotros dos, cómo si el mundo fuera solo un lugar para ambos, para soñar, para reír y para ser felices. Lo amaba mucho.Él y la güera sirvieron el café en unos termos, yo ayudé con las tazas y los bombones y luego salimos, para poner la leña para la fogata. Lo extraño de todo era que, no veí
Axel Vega LazcanoMazamitla, Jalisco, MéxicoBesé a Amaia con mucha ternura y amor, quería que, ella se relajara completamente en mis brazos, mientras le pasaba el miedo a la tormenta. La fui acariciando con mucha delicadeza, mientras nuestros besos, estaban encendiendo la temperatura, dando paso para que, yo le hiciera con mucho cariño, el amor a mi hermosa mujer.La estaba despojando de su ropa despacio, cuando sonó por primera vez, mi celular en la mesita de noche, que inoportuno el que estaba llamando justo ahora, no me podía detener, eso lo sabía de sobra.–Ahora no, Axel – Me suplicó ella, muy agitada – Necesito que, me hagas tuya, estoy que, ya no aguanto más.–Yo tampoco, preciosa – La seguí besando, sin ver ni quién me llamaba – Te amo Amaia, lo haremos muy lento, que no quiero lastimarte. Sí te duele algo o te sientes mal, me dices y me detendré.Yo anteponía su bienestar, y que se encontrara bien para poder iniciar algo, porque no la quería lastimar.–Sí mi amor, gracias Ax
Axel Vega LazcanoMazamitla, Jalisco, MéxicoSolté cuidadosamente a mi mujer, la acomodé en la almohada, la cubrí con las cobijas y me fui rápidamente a asear al servicio y a vestirme, para después ir a abrirle la puerta a mi hermana, no la pensaba recibir, así como estaba, desnudo.–Lore, ¿Qué pasó? Lo siento, estaba dormido y no te escuchaba – Le dije a mi hermana, apenas abrí la puerta – Pasa, por favor.Ella entró y estaba histérica, no podía parar de decirme las cosas a gritos, me dejaron mudo sus reclamos, que eran ciertos, por haber apagado el celular.–Axel, no me mientas – Me recriminó, llorando desconsolada – Sé que, estabas en lo tuyo con Amaia y está bien, pero no debiste apagar el celular. Por culpa de la perra de la güera, ha pasado una tragedia en el rancho. Y tú como siempre haces, te pierdes con una mujer y te vale madres, todo el mundo.–A mí no me digas eso Lore – La abracé para consolarla – Amaia no es una mujer, es mi reina y la última mujer que, quiero que esté a
Amaia Domínguez GarcíaMazamitla, Jalisco, MéxicoEl inmenso frío, me despertó y me asusté al no ver a mi Axel a mi lado. Empecé a llorar y me tapé toda la cara con la cobija y con las almohadas. Tenía mucho miedo y algo, me decía dentro de mí que, nada estaba bien. Empecé a escuchar gritos de Lore y de la güera y a Axel calmándolas a las dos, yo sólo podía preguntarme ¿Qué era lo que había pasado? Me iba a levantar de la cama y me di cuenta que, estaba desnuda y mejor le grité a Axel.–Axel, mi amor ¿Dónde estás? – Estaba nerviosa y asustada – Ven, mi amor, por favor.–Amaia, cariño ¿Te sientes mal, preciosa? – Axel, entró a la recámara y me abrazó – Te amo, perdóname por dejarte solita.–No pasa nada, mi amor, pero sentí feo despertar solita – Respondí asustada – Yo también te amo y presiento que algo malo, está pasando contigo.–Cariño, dame unos momentos y te lo explicaré.–Sí, mi rey.Axel me dio un beso muy tierno y salió de la recámara, escuché que les decía algo a Lore y tambi
Amaia Domínguez GarcíaMazamitla, Jalisco, MéxicoNadie es culpable de que otro se quieta la vida, cada quien toma sus propias decisiones, y eso ya lo habíamos hablado, pero es triste que haya tomado esa determinación, y lo peor de todo, es que nadie le había creído y yo me incluyo, porque también había pensado que solo estaba llamando la atención.–Tranquila Amaia, no quisiera dejarte, que vuelvas sola a León con la güera. Me siento culpable, yo te he traído aquí y eres lo más preciado para mí, que no quiero dejarte sola.–Está bien, Axel. Yo te entiendo, de verdad ¿Cuándo van a irse, Lore y tú a Autlán?–Ahora mismo, pero no te preocupes que, dejaré a alguien encargado de venir por ustedes y de llevarlas a Guadalajara, para que tomen el avión de regreso a León.–Axel, no quiero que te vayas – Me deshice en llanto – Tengo mucho miedo, no me dejes mi amor.Aunque sabía que tenía que ir a tender todo ese asunto, no sé por qué tenía un miedo irracional a que se fuera,–Amaia, cariño – A
Axel Vega LazcanoAutlán, Jalisco, MéxicoLore y yo, nos fuimos directamente a Autlán a nuestro pueblo dónde estaba nuestra familia. Todo el camino hasta allá íbamos, en el más absoluto de los silencios. No había nada que pudiéramos decirnos, para consolarnos el uno al otro y no había consuelo alguno, que nos confortara de todo lo que sentíamos, los dos, por lo ocurrido con mi primo. Al llegar al pueblo, lo primero que hicimos fue, ir a casa de nuestra madre, para ver su estado de salud.–Axel, me da miedo que mi mamá se hunda en la depresión, como cuando mi padre nos abandonó – Dijo Lore – No quiero que ella esté mal, me preocupa demasiado, ella no puede enfermar ahora.–A mí también Lore, pero no tenemos que estar pensando que nuestra madre estará mal. Tenemos que pensar, que ella va a estar bien y tiene que estar bien.–Esa idiota de la güera, ha sido quién causó que haya muerto nuestro primo, por su culpa se quitó la vida, espero que no le cuente a Amaia, todo tu pasado sombrío he