Narra Alondra Ferreyra PérezCarmen representaba a todas las madres que se preocupaban por sus hijos, así era como se tenía que comportar una madre, no solo con sus hijos, sino también con los amigos de sus hijos, para que otras trataran bien a los suyos, está de más hablar de cierta persona que nunca lo haría. –Sí, mi amor, en casa ya no tendrás problema, tu madre no se va poder acercar a ti.–Hija, siento que las cosas se hayan salido de control, pero ya esto no se lo vuelvo a pasar a Petra.–En dado caso señor, pondré una orden de alejamiento.Mi chico sale en mi defensa, quisiera comérmelo a besos delante de todos, pero no quería hacer un espectáculo con todos los que estaban a nuestro alrededor, pero lo recompensaría, he llegado a la conclusión que él era lo que estaba esperando, un regalo una promesa, no sé algo que me tenía que corresponder, algo que me merecía.–No será necesario, hijo, Petra ya no se acercará a mi hija con esas intenciones, hablaré muy claro con ella.Mi pad
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