Narra David De María Alondra pasó todo el día conmigo, lo que me hizo sumamente feliz pues reímos, comimos botana, nos divertimos, escuchamos música y de pasó le ayudé a hacer algo de sus tareas. Después de esa tarde tan maravillosa, mi madre llegó con ganas de cocinar y nos preparó una exquisita lasaña, lo que fue una excelente comida y cena ya que eran alrededor de las 7 de la noche.–Bueno chicos, ¿Qué han pensado?– ¿Sobre qué, madre?–Yo creo que lo más conveniente es que regreses a su casa Alondra, yo cómo madre estaría preocupada de lo que te pudiera estar pasando, no creas que no quiero que estés aquí, la casa tiene espacio suficiente para que estés también en ella, si llegas a tener alguna dificultad, siempre será tu casa. –Muchas gracias, Carmen, yo lo había pensado también, pero de pronto el que esté preocupado sea mi papá, de mi madre, lo dudo.–Muy bien, si llegas a tener problemas con ella, de inmediato se vienen, David, no permitas que le haga daño.–No, madre, mientr
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