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Todos estos días estaba preocupado por Edie, sé que se esforzaba para que nosotros dejáramos de sufrir con él. Su mirada aún era de tristeza, aunque Gavin me haya dicho que poco a poco volvería a ser el mismo, yo solo quería ver sus gestos de niño mimado y que reclamará sus antojos.Algo que me he dado cuenta y que no quería decirlo es que su vientre comenzaba a mostrar el pequeño bulto de su embarazo.Sé que se pondría más sensible, pero para mí desgracia eso se veía tan sexy. Cada noche luchaba por no tocarlo, mi cuerpo ardía de deseos por tomarlo, pero no quería que pensara que no me importaba sus sentimientos... así que debía de aguardar a que superara lo vivido.El día fue bastante agotador, me tocó ir a visitar al fiscal Mateo, pero parece que no puedo lograr que ceda. Sé que tiene toda mi información, Bob me había dicho que Marcos facilitó todas mis entregas, así que Clem debió hacer algunos cambios para que pudiera terminar los negocios.Darme una ducha fría antes de dormir se
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Verlo disfrutar de su helado me hacía feliz, me alegra que aún tenga esos antojos. Gavin da un estirón a mi ropa para que girara a verlo, con gestos en sus manos me dice que irá a su habitación, que yo asiento entendiéndolo.Edie no se ha dado cuenta de que lo estaba observando, camino lentamente para acercarme hasta él. De pronto sus ojos desvían el pote del helado viéndome asombrado.— Perdón! — Sus ojos brillaban y sus cachetes estaban cargadas.— Por qué te disculpas? — Pregunto acercándome hasta sentarme frente a él para disfrutar de la vista.— No pude aguantarlo, en verdad... — Su mirada se volvía triste volviendo a fijarla en el helado.— ¿Por qué tienes que aguantar? Si quieres helado tú solo pide, yo puedo llevarlo a la cama.— A la cama? Te molestaras conmigo.— Sigues creyendo que no amo quién eres?— No quieres que sea infantil... — Sus ojitos brillan y un puchero en sus labios se ven adorables.— Me gusta que lo seas...— Pero tú dijiste--—— Lo que dije, lo expresé mal.
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Las cosas fueron cambiando día a día, mis salidas de la mansión eran mayores ya que debía encargarme de algunos socios que no deseaban tratar con Clem.Edie cada vez se ponía más sensible, ahora que su vientre ha aumentado de tamaño. Sus gritos disconformes por sus ropas y como se veía ocupaba toda la mansión, volviendo loco a todos que trataban de darle lo mejor.Siento pena por estos que debían tolerarlo en silencio, pero qué podía decir tampoco yo podía objetar. En un segundo cambiaba del llanto a la ira y luego a una sonrisa tan angelical, sus emociones estaban a flor de piel. Y con eso de que no le gustaba usar ropa holgada, era un dolor de cabeza su grito con llanto.No sé qué tanto esto es debido a su embarazo, pero una vez que nazcan los bebés sabré si solo eran estos que lo volvían loco en su vientre.Lentamente intentaba salir de la habitación para que no despertara, sé que odia despertar y no encontrarme, pero debía encargarme de algunas cosas, precisamente para poder dedic
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Despertar de un mal sueño y no encontrar a Eric a mi lado era para caer en llanto de inmediato. Sentado en la cama acariciaba mi vientre con lágrimas en mis ojos.— Cómo pude soñar que no los tenía! ¡Boris! — Gritaba suplicando y este no venía a mi auxilio. Eric debió de haber salido de nuevo y deja aquí solo! — Boris! — grito de nuevo y la puerta es abierta por él con una charola en la mano.— Señor Edie, está bien? — Me pregunta preocupado.— Quiero a Eric!— El señor Eric está en el despacho.— Por qué me deja solo aquí! Hace frío!— Quiere que ponga la calefacción?— No! Quiero a Eric! Tuve una pesadilla y no estuvo aquí!— Quiere contarme su sueño?Llevando mis manos a mi vientre nuevamente mis lágrimas salían sin cesar.— Soñé que no tenía a mis bebés aquí, los busqué por todos lados y no los hallaba. Eric no estaba en mi sueño!— Tal vez estaba trabajando...— No! Quiero a Eric en mis sueños! Y también aquí! Por qué siempre me deja solo!— No llore, sus ojos se hincharán...— M
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Tener a los Peraya en la casa me tenía nervioso, aún no puedo confiar en ellos, sin embargo Edie los trataba como si los conociera de toda la vida. Por quién más me preocupaba era Jean, conozco su temperamento, y si perdiera la paciencia con Edie esto se volvería en una guerra sanguinaria. Mis hombres estaban pendientes de cada movimiento que realizaban, parecía que leían mis pensamientos y agradecía que cuidarán de Edie hasta en lo más mínimo.El banquete que Edie ordenó se realizó en el jardín, esto era algo nuevo para la mansión, nunca se había hecho una fiesta aquí.Gavin llegaba en uno de los autos junto con los demás amigos de Edie. Quien al bajar no apartaba su mirada de mí, era el mapache, que demonios con este!?— Gavin, ¿todo bien? — Lo saludo con un abrazo que los demás me veían aún sorprendidos.— Papá, necesito conversar contigo...— Algo malo? — Pregunto curioso, pero su seriedad hace que también me pusiera serio.— Papá Edie está en la habitación?— No, está en el jardí
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No sé qué es lo que tiene a Eric preocupado, pero no se ha unido a nosotros en el jardín, incluso después de ir a buscarlo. Bueno cuando fui, al ver a Gavin con la cara triste solo pude centrarme en saber que sucedía. Cristina observaba mi vientre y comenzaba a sentirme incómodo.— ¿Qué tanto ves?— Nunca había visto a alguien embarazado...— Tampoco yo y no por eso me veo al espejo todo el tiempo.— Por qué estás de mal humor?— Eric no viene a compartir con los demás, ya vinieron mis amigos, qué más espera en la entrada?— Está conversando con Bob. Cuando interrumpiste estábamos en una discusión.— Qué tanto discuten?— Tu hombre no quiere unirse a nosotros, cree que tenemos malas intenciones.— Pero si son tíos de mis bebés!— Bueno, eso es algo que solo tú lo decidiste. Pero nadie está interesado en convertirnos en una familia...— Por qué? Qué hay de malo que quiera que todo esté bien?— Sabes siquiera dónde estás parado? Tal vez por tu embarazo te encuentres sensible, pero dudo
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Nunca había visto a tantas personas en la mansión, al menos no de esta manera, como si en verdad todos nos lleváramos como buenos conocidos. Estaba en verdad preocupado, los Peraya y este nuevo fiscal en mi casa compartiendo la mesa como si no fuéramos enemigos.Edie se veía contento compartiendo con todos, ese pequeño Fiat lo llamaba tío sin ninguna pisca de vergüenza ni pena. La amenaza de este fiscal me tiene en zozobra, se lo veía convencido de atraparme, hasta que Edie nos interrumpió, cada día más personas saben de él y no puedo evitar sentirme angustiado.— Estás molesto? — Escucho la voz de Edie a un lado mío sorprendiéndome.— Hay muchas personas en la casa. — Sé que me veo tenso y tal vez mi manera de responder es tosca.— ¿No te gusta que sean parte de nuestra familia?— Hablaremos luego. — No quiero que iniciemos una discusión frente a estas personas, no puedo darme fácilmente como lo hace él. Tal vez es porque no sabe lo peligrosos que son.Pero Edie se aleja sin decir ot
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Eric fue a la cocina a buscar el helado que reclamaba Edie con su adorable puchero. Al llegar a la cocina se encuentra con Majo con otras mucamas que terminaban de limpiar todo lo utilizado en el banquete.— Majo, puedes darme algo de helado para Edie?— Helado? Pero el señor Edie ya se había servido en la tarde. Veré si quedó algo. — Dice caminando hacia la nevera.— Pero Edie me dijo que no le has dado.— Por qué diría eso? Yo le serví cuando me lo pidió.— De seguro quiere más y siente vergüenza.— Puede ser, mire... Aquí quedo un pote pequeño, mañana iré a comprar más.— Está bien, gracias...Eric tomando el pote de helado va de nuevo a la habitación. Boris ya no se encontraba frente a la puerta, así que abriendo, Edie parecía haberse quedado dormido.— Bebé no quieres del helado? — Susurraba — Aunque es poco, te saciará, mañana Majo irá a comprar más. — Decía Eric mientras subía a la cama, sabía que si Edie se quedó dormido despertara en poco tiempo reclamando que no le había lle
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— Cómo que no puedes verlo!— Amor cálmate, su equipo debe ser viejo... — Dice Eric para tranquilizarme, pero en verdad ya me estaba cansando este doctorcito!— ¡Es una máquina nueva! Y los bebés no se dejan ver.— Pero cómo es que no ves! Es claro que son dos niños! — Respondo viendo en la pantalla de esa máquina.— Por qué dices que son dos niños? — Me pregunta el médico.— Allí! Se ve que son hombrecitos!— Edie, esos son el cordón umbilical.— Cómo que cordón umbilical— Bebé, no podemos entender con exactitud la imagen.— Quiero saber que son! No pienso llegar a tenerlos y me den ese tipo de sorpresas!— Ok, necesitamos que los bebés se muevan, algo que hagas que les guste? — Me pregunta y yo solo puedo pensar una cosa.— Majo! Trae helado de limón! Y también dulce de leche! — Grito aunque ésta estuviera en la sala.— Sí señor... — Responde yendo de inmediato.— Wow, creo que ya no es necesario, con solo decirlo se han movido.— Cómo que no es necesario! Quiero mi helado!— Está
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Las semanas fueron pasando rápidamente, el vientre de Edie crecía cada vez más y su ansiedad con él. Todo le frustraba, hasta el hecho que ya no podía utilizar calzados deportivos.Su decisión de no salir de la mansión era firma, así que tuvimos que esperar a que la doctora terminara sus vacaciones y hacer una cita para viniera.Edie en verdad ya estaba cansado, y no es para menos, el tamaño de su vientre y más siendo dos pequeños moviéndose como si de una pista se tratase, cada vez estaba más sensible.No podía evitar sentirme nervioso. Steven me había informado que Jack se encontraba en el país y hasta el día no había noticias de que se haya ido de vuelta. Debe de estar planeando alguna cosa, en este momento agradezco el haberme unido a los Peraya, gracias a ellos no fue necesario que dejara la mansión.Bob se encargaba bastante bien de las entregas. Sus visitas a la mansión eran menores pero quienes venían cada fin de semana era el fiscal Mateo junto con su hermano menor, quién en
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