Farid.SALIDA.Oí, un silencio ensordecedor después de la ráfaga de disparos, sentí el pitido en los oídos, mientras la respiración de Alana se escuchaba demasiado agitada.No miré hacia otra parte, y puse mi peso sobre los codos cuando llevé mis ojos a los suyos. Sus ojos se estaban cerrando lentamente y me apresuré a tomar su cabeza en mis manos, cuando todo el sonido volvió de nuevo como un golpe rudo.—Señor… —muchos guardias me rodearon, incluso comenzaron a intentar levantarme para comprobar mi estado, pero luché para que me dejaran, cuando vi que un brazo de Alana estaba ensangrentado.—¡Alana! —grité sacudiéndola, y aunque restregué su brazo para ver la herida en ella, no había nada más que esa que seguía sangrando y me volvía loco.La tomé entre mis brazos sabiendo que se desmayaría en cualquier momento y corrí muy rápido hacia afuera, aunque Samir, a mi lado, me estaba informando todo el tiempo que Akim Fayed, había caído en el tiroteo.No me importó saber de él. Las decisio
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