Adam volvió a sus sentidos, se levantó carraspeando, Melody observó su mano, sentía una gran ausencia y frío, se abrazó a sí misma, era un sentimiento extraño. Adam se rasco la nariz. “Tengo que ir a trabajar”. El camino a la puerta y recordó diciéndole. “Por la noche no llegaré temprano, hay una cena de beneficencia y tengo que estar presente”. Era la oportunidad de Adam de conseguir benefactores para el hospital. Ella asintió mirándolo salir de la habitación. Se levantó acercándose a la ventana y observo como Adam subía a su coche, él era amable, atento tenía una personalidad increíble y su sonrisa derretía el corazón de Melody, esos pequeños pocillos que se le formaban en las mejillas al sonreír para ella, a pesar que era muy serio, con Melody tenía la confianza de ser el mismo, ella lo había notado hace tiempo, en sus charlas nocturnas en el balcón, se habían vuelto una costumbre entre ellos, sus deseos de construir un hospital y buscar benefactores o socios, ya que no estaba dis
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