- Escuché lo que le pasó a tu pierna. Nicolás me dijo. Y me preocupé. – explicó, entrando sin ser invitada.- ¿Lo juras? Pregunté irónicamente.Ella se sentó, frente a mí. Que mujer petulante. Inicialmente, simplemente no teníamos simpatía el uno por el otro. Pero recuerdo exactamente nuestras palabras intercambiadas en la puerta del baño de Nicolás hace un tiempo, cuando me dijo que era suyo.- ¿Como se siente? ¿Dolió mucho?- ¿Estás realmente interesado en saber? Pregunté sarcásticamente.- Julieta, ¿quieres que te traiga algo?- No, gracias, Lou. Mi visita se acabará pronto, ¿no es así, Joana?- No sé y?- Pero puedes preparar algo para el almuerzo, Lu. Tengo visitas ahora mismo.- ¿No soy un visitante?- Por supuesto que lo es, Joana. Pero no del tipo que yo invitaría a almorzar. - sonreí.- Bueno, creo que empezamos con el pie izquierdo. Y quiero redimirme. Estaba molesto porque tenías una pierna rota y no podías hacer tantas cosas aquí en Paradise.- Me alegro de que estés preoc
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