Nora puede escuchar el motor rugir y alejarse mientras regresa sobre sus pasos, percibiendo el movimiento de las linternas dentro de la casa. Cuando la luz regresa al salón principal, todos los policías brincan ante la sorpresa, como si hubieran descubierto un fantasma entre ellos, pero solo es Nora, con la mirada clavada en el piso y esperando. —¿Nora? —pregunta uno de los policías saliendo de entre la muchedumbre, arrancándose el pasamontañas que cubre su rostro y descubriéndose ante los ojos de Nora—. ¿Nora Beretta? —Hola, Mirna —saluda con media sonrisa y extiende sus manos hacia delante con las muñecas juntas esperando el arresto, acostumbrada al procedimiento de rutina—. Como en los viejos tiempos, ¿no? —¿Qué hiciste, Nora? —pregunta Mirna desilusionada. En cuanto uno de los policías se acerca para esposar a Nora, levanta su mano, deteniéndolo—. Yo lo haré. ♥ Dentro de la fría celda del departamento de policía, Nora se mantiene sentada en el cemento, con una idea clara en
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