Tras cumplir con varios compromisos de su agenda, Leo se encontraba esperando a Luis dentro del vehículo. Hasta ese momento no había tenido oportunidad de hablar con Mike, así que aprovechó para escribirle un mensaje diciendo que estaba yendo a su casa. Sin embargo, al pasar los minutos, su atolondrado amigo no veía su texto, a pesar de que aparecía en línea en la aplicación de mensajería. Extrañado, murmuró: —¡Qué raro! Mike siempre atiende rápido. Supongo que debe estar entrenando, como para no ver sus mensajes. Mientras meditaba esto, Luis entró repentinamente al vehículo. —Listo, ya nos vamos ahora. Por cierto, ¿quieres pasar a tu departamento antes? —preguntó. —Mmm… No te preocupes, afortunadamente llevo una muda de ropa en mi maletín, así que no es necesario ir a mi departamento —respondió Leo rápidamente. —Bien, entonces, te llevaré con Mike. —Ajá —respondió Leo distraído. Luis notó que el pelirrojo mantenía su vista fija en el teléfono móvil, así que preguntó con curi
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