Lex y Nikki amanecieron entre caricias, besos y palabras cariñosas. La chica pensó que jamás se había sentido tan protegida, deseada y adorada como en ese momento. Estaba sorprendida con lo cariñoso que era Lex e incluso se preguntó si era así con otras mujeres. —¿Siempre eres tan cariñoso después del sexo? —Preguntó expectante ansiando que con ella fuera especial y Lex que estaba sobre su cuerpo apoyó el peso sobre los codos para mirarla. —Es la primera vez que estoy con una chica virgen, quiero hacer las cosas bien. Disfruté anoche, pero me siento culpable por haberte hecho daño y también porque…bueno, no quiero sonar cursi, olvídalo. —Dijo con timidez y Nikki lo besó suavemente. —Por mí puedes ser todo lo cursi que quieras, eres perfecto. —Declaró y Lex se puso colorado, le encantaba su sinceridad. —Siento mucho por haber sido tan bestia, estaba muy excitado y no pude controlarme. — Contestó Lex desviándose del tema, le daba vergüenza confesar sus sentimientos. —Me encantó, er
Leer más