Una semana después…Habían pasado una semana y para nadie era un secreto que Carl Renfield estaba cortejando a Anastasia. Aunque Lady Percival tenía ligeras esperanzas de que no llegara a más que eso, aprovechaba cada ocasión en que se encontraban para hablarle de su hija y de lo maravilloso que tocaba el piano, algo que su cortejada no sabía hacerlo del todo bien.Tenía la amplía certeza que ella comenzaba a sentir afecto hacía él, se podría decir que más que afecto. Cada vez que la observaba discretamente en varias ocasiones la atrapó viéndolo y podía notar un brillo en sus ojos generado por algún tipo de emoción.Caminaba de un lado a otro por todo su estudio. Había mandado a su fiel lacayo en busca de la dama, esa noche le pediría matrimonio. Ya lo había organizado todo, una cena romántica en los jardines, bañados por los rayos de la luna.Se detuvo y sacó del bolsillo de su pantalón una cajita que contenía el anillo de compromiso, sonrió al verlo, una vez que estuviese en la mano
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