Se incorporó rápidamente solo para ver como la mujer sacaba la daga del colchón y avanzaba muy lentamente hacia ella, con una media sonrisa en los labios. Ella también lo hizo, hasta topar de espaldas con la mesa de centro que había en la habitación, y ahí permanecía de pie, vigilando cada movimiento de Amara. Debía llegar hacía la salida y pedir ayuda, advertir a Carl de su presencia, pero antes tendría que mover a esa mujer que se interponía en el camino.Amara pareció leer sus pensamientos y negó.—No cariño — chasqueó la lengua entre los dientes — Tú no saldrás viva de esta habitación.—Será mejor que te quites, de lo contrario pienso gritar y todos vendrán en mi búsqueda.Ese comentario hizo arrancar una sonrisa en Amara.—Yo en tu lugar no haría eso — avanzó un paso hacia Anastasia — Veras, él tiene una grata visita haya abajo — comenzó a explicar — Y si alarmas a todos en la casa, bueno…— ella se encogió de hombros — Esa visita tendrá que matar a tu amado esposo. Piensa un poco
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