Nací con el propósito de encontrarte, creyendo en el significado de la eternidad
Después del beso ninguno de los dos tuvo necesidad de decir algo, la torpe sonrisa dibujada en sus labios les decía todo, aun luego de los siglos, seguían amándose con la misma intensidad de tiempo atrás, cuando su tiempo se agotó, tan solo unieron sus manos sobre el espejo, luego se dispusieron a desaparecer. Keith se levanto para tomar en brazos a su esposa que ya estaba profundamente dormida, la recostó con cuidado para después cubrirla con las mantas, una vez recostado a su lado se durmió profundamente. La mañana siguiente los despertó el rugido del enorme dragón blanco fuera de su ventana, Hydra tenia la costumbre de volar antes del amanecer, decía que le ayudaba a pensar, así que imagino que había recién vuelto de su viaje, se alzo lanzando un gran bostezo, volvió la mirada a su esposa que ya estaba despierta pero que se rehusaba a levantarse, eso le provoco risa. — Tenemos que ponernos de pie, mi amor — se acerco a darle un beso a su mujer. — No quiero, me siento tan ag
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