Todos los capítulos de ¡Falso compromiso!: Lo tenía todo menos un poco de amor.: Capítulo 91 - Capítulo 100
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Capítulo 91
No sabía qué hora era, ni dónde estaba ni qué hacía en ese lugar irreconocible. Se levantó y recorrió el cuarto dominada por una tremenda agitación, con la sobrecogedora incertidumbre que asalta a cualquier mortal al despertar en un lugar desconocido al que ni siquiera sabe cómo ha llegado.Poco a poco se fue tranquilizando: estaba en su casa, ése era su salón… Y los recuerdos acudieron en tropel a su mente, cayendo sobre ella como un jarro de agua fría: había discutido con Sergio, lo había abandonado, lo había dejado, había leído esa especie de terrorífica confesión y luego se había quedado dormida… Sí, había dejado a Sergio y ahora estaba sola, en su casa. Pero nada de lo que veía le parecía suyo. No tenía nada que ver con ese lugar, con esos libros, con todos esos cachivaches que ella misma había comprado y que tanto le gustaban hasta hacía unos pocos días. No, ya no formaba parte de aquello; lo sabía porque todo le resultaba ajeno, lejano…Se sentía vacía. De pronto no sabía qué h
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Capítulo 92
Pobre Sergio. Llevaba doce años reviviendo aquella horrible escena a cada momento, rumiando su culpa sin compartir sus sentimientos con nadie, sin ayuda de ningún tipo, enfrentándose él solo, día tras día, al hecho terrible e irreparable de haber matado a una persona. En cierto modo fue un accidente. Pero él, a pesar de los años transcurridos, aún continuaba traumatizado, lo cual resultaba lógico teniendo en cuenta que nunca había recibido la ayuda que en un caso así se necesita. No había acudido a terapia, nadie le había dado ninguna explicación, no había vuelto a hablar de ese asunto con ningún ser humano… Ella se habría vuelto loca en sus circunstancias, y le parecía admirable que Sergio hubiera sido capaz de seguir adelante y de labrarse un futuro. ¡Ahora entendía tantas cosas de él que antes le parecían inexplicables! Su misantropía; el hecho de que no tuviera amigos y no se relacionara con nadie, salvo con la gente del trabajo; la enfermedad de la que había hablado Carmen, un es
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Capítulo 93
Pensó en la situación actual de Sergio, en la amenaza que pendía sobre su cabeza como una espada de Damocles. Aunque esa amenaza había sido el detonante, la chispa que había provocado el incendio, no era lo más importante. Incluso en el caso de que Sergio no hiciera lo que Marga le pedía, aunque metiera a su hermano en la cárcel para toda la vida, esa mujer no podía jugar su baza, porque el escándalo también la salpicaría a ella. No. Después de leer el relato de lo sucedido aquella noche Laura estaba segura de que Marga tenía que seguir callada. No podía hablar, porque ella misma estaba involucrada y no querría que salieran a la luz todos sus trapos sucios, que debían de ser muchos. Pero Sergio no lo veía, porque vivía traumatizado, arrastrando un sentimiento de culpa que estaba acabando con su cordura. Por eso no era capaz de juzgar su situación con claridad. Se creía amenazado porque siempre se había visto amenazado, porque pensaba que se merecía cualquier cosa que le pasara y, en e
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Capítulo 94
Sí, tenía que tranquilizarse, tenía que relajarse y reflexionar, para lo cual necesitaba estar descansada; no podía hacerlo en su estado, agotada y confusa. Así pues, lo primero era descansar, dormir. Luego intentaría encontrar respuestas a todas sus preguntas. Pensaría después.Más tranquila una vez tomada esta decisión, se dirigió a su habitación para acostarse. Pero, una vez allí, se sintió rara. Ésa no le parecía su habitación. Se sentó en la cama y posó la mano sobre el edredón: era suave al tacto y calentito… Se tumbó sin desvestirse. Estaba tan agotada que podría dormir durante años, se dijo, y cerró los ojos. El reloj luminoso de la mesilla marcaba las cuatro y media.Despertó a las seis, más agotada aún de lo que estaba cuando se acostó, pero, como sabía que no podría seguir durmiendo, se levantó de la cama. Lo primero era darse una ducha para despejarse y luego tomar un buen café y comer algo; después retomaría sus actividades habituales. Tenía una vida antes de conocer a Se
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Capítulo 95
A las cuatro de la tarde, después de un absurdo día que se le hizo eterno, pensó en llamar a su hermana. Pero no lo hizo, y no porque no quisiera hablar con ella, sino, sencillamente, porque no se podía mover.¿Por qué no la llamaba Sergio? Cogió el teléfono para llamarlo ella, pero lo tiró con fuerza sobre el sofá… No. Que llamara él.La tarde fue avanzando y Laura seguía sentada en el sofá, con el ordenador abierto sobre las rodillas y el teléfono a mano, por si él escribía o llamaba, mientras la casa se quedaba a oscuras poco a poco, sin que ella se diera cuenta.El sonido del teléfono la hizo reaccionar y rápidamente lo cogió. Miró la pantallita encendida mientras el corazón le latía tan deprisa que creía que se le saldría del pecho… Al ver quién llamaba, lo desconectó y lo tiró con indignación sobre el sofá, mientras sollozaba. La pobre Rosa no se merecía que la cortaran así, pero en ese momento no podría soportar hablar con ella.¿Por qué no la llamaba Sergio?Ese incidente la h
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Capítulo 96
Cuando Laura se marchó Sergio tuvo la certeza de que no volvería a verla. Siempre le había ocurrido lo mismo y ahora no iba a ser diferente, aunque, por una vez, él lo deseara con todas sus fuerzas. Primero lo había abandonado su padre, al que ni siquiera llegó a conocer; luego su madre, que, a pesar de que lo quería muchísimo, lo dejó con su abuelo después de casarse con su padrastro. Después su abuelo, que prácticamente renegó de él y murió antes de tener tiempo de reconciliarse.Y Marga. También ella lo había abandonado hacía doce años, después de aquella noche terrible. Tampoco sus amigos habían vuelto a ponerse en contacto con él: todos desaparecieron de repente y nunca volvió a verlos.Había logrado sobreponerse, con mucho esfuerzo había salido adelante y, cuando conoció a Laura, incluso se hizo la ilusión de que podría llegar a ser feliz.Ahora todo había acabado. Sergio tenía la absoluta seguridad de que, como los demás, ella tampoco volvería. Ni siquiera la iba a llamar, ¿par
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Capítulo 97
Laura pensó que eso era muy difícil, y también iba a ser muy difícil ayudarlo, porque él no quería dejarse ayudar. Pero había algo más, algo que a ella ni siquiera se le había ocurrido que podría pasar: se sentían incómodos juntos, ya nada volvería a ser como antes. Al mirarlo veía a un hombre distinto al que había conocido y del que se había enamorado, un hombre capaz de hacer cosas horribles. Dicen que nadie puede hacer bajo hipnosis algo que no sea capaz de hacer despierto… ¿Pasaría lo mismo con las drogas? Si no hubiera estado drogado, ¿habría sido Sergio capaz de hacer lo que hizo? No quería que sus pensamientos siguieran ese rumbo, pero no lo podía evitar. ¿Por qué había vuelto? ¿Por qué el día anterior le había parecido cuestión de vida o muerte regresar con él? Su carácter impulsivo le había jugado otra mala pasada al hacerla tomar la decisión equivocada. Pero estaba allí, y lo peor era que quería continuar allí, a su lado.—Ahora no quiero hablar —le dijo, deteniendo el pelig
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Capítulo 98
Laura cerró los ojos y, cuando él la acarició, se removió para apartarlo. No estaba dormida, pero quería que él lo pensara. Como siempre, habían ignorado los problemas haciendo el amor. Sus dificultades acababan en la cama, pero luego regresaban con más intensidad. No creía que pudieran soportar durante mucho tiempo una situación tan artificial, tan poco sincera.Permanecieron tumbados mucho tiempo, silenciosos, inmerso cada uno en sus propios pensamientos.—Llegará un momento en que no podremos solucionar todos nuestros problemas echando un polvo —dijo al fin Laura.—¿Por qué? —Sergio sonrió—. Además, éste ha sido glorioso. ¿Echamos otro?Ya la estaba acariciando de nuevo, y lo peor era que ella ya empezaba a estremecerse y a temblar.¿Por qué era tan seductor, tan encantador? Laura le sonrió. Ese hombre la tenía pillada. Si no fuera tan guapo, si no fuera tan tierno y a la vez tan complicado… Si no fuera Sergio, quizá no estaría tan coladita por él.—Ahora no…—No, claro, tú sólo qu
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Capítulo 99
Cuando salió del cuarto la asaltaron un montón de ricos olores. Sergio estaba cocinando y el agradable aroma de un guiso especiado impregnaba todos los rincones de la casa.—Te quedaste dormida y me dio pena despertarte, así que estoy haciendo la comida.—¡Qué bien huele!—Ya verás, te vas a chupar los dedos —destapó la cazuela y cogió un poquito de salsa con una cuchara de madera—. Prueba, seguro que en tu vida has comido un estofado mejor.—¡Delicioso!—Y mira —la tomó de la mano y la llevó a la habitación—. He recogido.—¿Cuándo?—Mientras dormías. Estabas como un tronco, ni te has enterado, claro que he sido muy silencioso, lo he hecho con mucho cuidadito. Ahora haré la cama.Se dirigió a la ventana y la abrió.—Primero hay que ventilar la habitación.Laura sonrió para sus adentros. Él creía que había recogido, pero lo único que había hecho en realidad era quitar de en medio la ropa que estaba tirada de cualquier manera sobre las sillas y el sillón, aunque ella había dejado la suy
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Capítulo 100
Celia se quedó estupefacta cuando Laura le dijo que tenía que ir a su casa a recoger la maleta, además de un montón de cosas que había ido añadiendo a la lista.—No entiendo nada. ¿Te fuiste a tu casa con la maleta y ahora no tienes ropa? ¿Por qué?—Ahora no puedo hablar —dijo, casi en un susurro para que Sergio no la oyera.—Discutisteis y lo abandonaste, es la única explicación… Venga, cuéntamelo.—Luego te lo cuento —le dio la dirección de Sergio y Celia quedó en llamarla cuando llegara para que él bajase a ayudarla a subir todo lo que le había pedido que le llevase.—Te espero entonces a eso de las cinco. Un beso, hermana. Te quiero.—Un beso. Y no te creas que te vas a ir de rositas de este embrollo… Me lo vas a contar todo, quieras o no. Empiezo a pensar que te traes demasiados líos.—¿De qué hablas? Y no te retrases, que necesito el vestido esta noche.
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