-¿Estás despierto?. No respondió, permaneció muy quieto,con la mejilla pegada al colchón y los ojos fuertemente apretados. Moncada se acercó y le dio un puntapie en el estomago-Despierta alimaña,tienes mucho trabajo por hacer. El muchacho sollozó y se sorbio la nariz con su brazo mugriento.-Señor,otra vez no,por favor. Pero de nada le valía suplicar, Moncada tenía una enorme deuda de juego,¿y para qué tenía al chaval ese,si no? El hombre bufo mal humorado y lo tomó del brazo con fuerza y arrastro al muchacho fuera de la celda.-¡No señor! ¡se lo suplico, otra vez no!-gritó el muchacho. Tenía tiempo sin decir una palabra, ya no se quejaba,ya no lloraba,ya no comía,pero esa noche el cuerpo le dolía a morir,la noche anterior Moncada le había vendido a unos soldados,y ellos,en su afán de verlo sufrir le habían golpeado hasta saciarse y le habían violado tantas veces como habían querido.-¿A dónde llevas al chaval?. Escuchó Moncada que le hablaba uno de los presos de Phillippe. Era muy al
Leer más