Regina sonrió una vez más, después de la llamada de Giancarlo y que Giovanni se fuera, habían pasado casi veinticinco minutos y ella había logrado acomodar todo lo que compraron en su respectivo lugar, se sintió satisfecha al ver que su despensa estaba surtida y tenía todo lo que necesitaba para mantener perfecta esa casa; gracias a la insistencia del rubio, ella no tuvo que pagar el resto de las compras, una vez que salieron de esa tienda de electrónica, por supuesto, insistió en hacerlo, pero Giovanni no se lo permitió, negó en silencio, ambos podían llegar a ser demasiado obstinados, mirando de nuevo el lugar dejo escapar un suspiro, los gastos de una casa no eran baratos, por lo que si pensaba seguir con eso, debería pensar seriamente en buscarse un trabajo de medio tiempo.—Veré por los lugares cercanos— se dijo cuando subió al segundo piso, todo estaba perfecto en ese lugar también — creo que en esa tienda solicitaban cajeras— recordó la pequeña tienda de autoservicio que visita
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