Damien Observo como Ana sale de su despacho dejando mi cabeza hecha un caos con todo lo que me ha confesado, sin embargo, esa parte testaruda de mi ser se resiste a creer que todo lo que ha dicho, la mujer más peligrosa que ha visto Rusia en los últimos años sea verdad, simplemente me es imposible creerle. Es inconcebible que nosotros, que siempre luchamos por defender a nuestra gente, seamos parte de algo tan ruin. Un tanto reacio aprieto la carpeta entre mis manos y con mucha dificultad me levanto de mi asiento, salgo del despacho y al instante sus hombres me apuntan con sus armas, continúo mi camino y antes de salir escucho los sollozos de Ana, así como las palabras de consuelo que le da su amigo, levanto la mirada y cuando estoy por subir sus hombres me clavan su arma en la espalda, así como otros dos me cierran el paso. —Ni se te ocurra ir a otro lado niño bonito, será mejor que te largues antes de que la jefa decida acabar con tu vida, aunque no me disgustaría acabar con otr
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