Capítulo 36. Vuelve a tu hogar
De un solo movimiento, Nero dejó a Luz detrás de su cuerpo, quien no entendía lo que estaba pasando. El hombre frente a ellos podía escuchar los latidos de su corazón y oler el miedo que brotaba de sus poros al verlo con esos ojos rojos iguales a los de Nero, pero llenos de odio y rencor, además de aquellos colmillos que dejó en vista completa.Luz trató de calmarse y apretó la camisa del hombre que ahora la protegía del que estaba frente a ellos sin tener una idea del porqué, pero no necesitaba pensar demasiado para darse cuenta de que era todo lo contrario a Nero. Desprendía desconfianza, ansias por provocar miedo y maldad, era como si no tuviera alma dentro de ese cuerpo.Oliver Prescott era tal y como se mostraba ante ellos. Cruel y despiadado, ignorante de la misericordia, un demonio sin corazón. La única manera de demostrar lo contrario era que tuviera algún plan en sus manos y que mereciera cualquier cosa, desde sonreír amablemente hasta ser el amor de persona que demostró ser
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