- ¡¿En que demonios estabas pensando, Andrea?!- gritó Alonso mientras salía de el baño, tapé mis oídos con las dos manos evitando el sonido, la resaca era horrible y sus gritos no ayudaban, no quería pensar, era lo último que quería hacer ahora, todo pesaba sobre mis hombros.- ¿Puedes bajar la voz?- pedí mientras servía un poco de agua y sumergía unas pastillas efervescentes.- ¿Bajar la voz? ¡¿Bajar la voz?! Dios mío Andy, estás embarazada, tu nunca has actuado así- bajé el vaso de un golpe en la mesa y lo miré desafiante, bien, él no era el culpable pero no había nadie mas aquí, así que lo hice, desahogué mi frustración con él.- Basta. Ni siquiera sabemos si estoy embarazada o no. Se que fue una estupidez, bien lo admito y acepto mi culpa pero ya pasó y no volverá a suceder- caminé con grandes zancadas hasta el sofá y me acosté ahí.- Sólo me pregunto, ¿porque demonios lo hiciste? No eres una alcohólica. Porqué actúas así justamente ahora, siempre has pensado razonablemente has si
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