Ella se pone de pie, con una mezcla de sorpresa, rabia y ganas de matar a quien se le cruce.—Brandon… qué sorpresa —dice con los dientes apretados, aparentando una sonrisa—. ¿Qué haces aquí?—Vine de visita por el fin de semana, quise pasar a verte… espero no te moleste.—No, claro que no… —sin mirar a Matías, que sabe debe estar ardiendo en celos, se acerca a darle un abrazo, como si hubiesen sido los mejores amigos en la universidad.Por supuesto, lo aprieta más de la cuenta, pero solo el chico se da cuenta. Luz se pone de pie para pedir que pongan otro lugar en la mesa y le pide a Michael que se cambie de lugar, para que Brandon se siente al lado de la princesa.Gerard no deja de mirar al chico recién llegado, quiere meterlo en su despacho y taparlo a preguntas, pero sabe que no puede, porque su mujer lo mataría. Así que solo le queda lo único que puede, aguantar…—Brandon, bienvenido, toma asiento por favor.—¡Oh, tamales! Mi nana me los preparaba de pequeño.—Los míos son una de
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