Andrew tomó aire en repetidas ocasiones antes de mirarnos a los dos a los ojos. Sudaba del nerviosismo. El hecho de que solo fuéramos los tres en el balcón le daba un poco de seguridad.—Sé que me odian, yo me odio a mí mismo, lo que hice estuvo muy mal y ustedes no se lo merecía —dijo Andrew con la voz quebrada. Nos miró esperando que dijéramos algo—. No espero que me perdonen, solo quería que me escucharan,—Yo te…—El daño ya está, todos en el colegio recordarán la pelea que tuvimos por algo que tú mismo lo provocaste. Así que, yo no podría perdonarte.—Pero yo sí.Ambos se me quedaron mirando atónitos, hasta yo misma me pregunté, ¿estás segura de lo que estás diciendo? Aarón apretó más mi cintura, ¿no estaba de acuerdo?—¿Tú, Isabela? —preguntó nuevamente Andrew, como si se hubiese equivocado al oírme—. Debo admitir que no me lo esperaba.—Ni yo tampoco, pero no sirve de nada guardarte rencor y además, ya no estás en nuestro colegio.—Lo que hice y que me rechazaran en algunos col
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