Al terminar ese beso tan significativo, Alondra miró directamente a los ojos y, le abrió su corazón, expresándole sus miedos e inquietudes:—Tengo miedo Lexter, miedo de que los representantes de la Corona inglesa decidan que no podemos estar juntos; y, me alejen de tu lado, miedo de que me condenen a muerte, por haber violado la ley Kriesh. Por otra parte, si realmente yo fui creada Dojagi en un laboratorio, yo no quiero que tú sufras al verme deteriorarme cada día más, ni tampoco quiero que tu vida corra peligro.—Mi amor, escúchame bien lo que te voy a decir: yo siempre estaré a tu lado y, jamás permitiré que nos separen, antes prefiero abdicar o morir. Por otro lado, nadie te lastimará mientras yo respire—Yo no permitiré que abdiques o que mueras Lexter, tu familia y todo el país, han puesto sus esperanzas en ti y en tu futuro papel, como Rey de Gales, ¿Realmente serías capaz de darles la espalda, sólo por amarme?—¿Es que acaso no lo entiendes? Si me llegan a separar de ti, y,
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