―Es un cretino ―escupió la pelirroja, justo antes de tomarse de un solo trago la copa que tenía en la mano. Todos sus colegas los esperaban en el bar del restaurante, a la expectativa de los resultados que iban a mostrarles. Casi todos ellos obtuvieron los resultados deseados, tal vez con sus pequeñas variaciones, que entraban dentro de lo esperado; no obstante, lo que más llamaba su atención era el Supresor Th. Megan era una de las investigadoras asociadas, su participación, aunque minúscula, era notable. Ella se encontraba en un estado de nervios palpable, porque sabía que sus dos colegas estaban enfrentándose a una jauría de feroces hombres de negocios, que siempre tomaban más en cuenta el peso del dinero que el valor de una vida. Por esa razón, su cara se puso mortalmente pálida cuando Nohemi llegó hasta ellos, le arrebató su bebida e insultó de forma tan apasionada a alguien. ―¿Pasó algo? ¿Nos rechazaron? ―preguntó la morena, mirando a Max. Este negó con la cabeza, y eso produ
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