15. Jefe en casa.
Durante el camino a casa Ana permaneció en silencio, las calles de la ciudad estaban solitarias y sumidas en una calma melancólica que la pusieron un poco más triste cada vez.—Ellos estarán bien —le dijo Eduardo frente al volante y Ana respiró profundo.—Es un cambio muy repentino —él ladeó la cabeza mientras apretaba los labios.—Lo sé, pero entenderán que es para bien, piensa, ya no tendrán que trabajar empacando y distribuyendo drogas, ¿Te arrepientes de haberlo hecho? —Ana se quedó pensando un rato ¿se arrepentía? Recordó su vida en aquel lugar unos años atrás, donde tomaba turnos dobles para que su hermana pudiera dormir la noche continua, y recordó también a Claudia y Lucía.—Yo tenía dos compañeras de cuarto —comenzó a contarle a Eduardo —ambas tenían diecisiete años y yo quince… —dudó un momento, era una situación de la que nunca había hablado con nadie, ni siquiera con su hermana, pero el periodista tenía un aire de seguridad tan palpable en todo momento que era fácil dejar
Leer más