Ana llegó a la oficina de Alexandra Tcherassi y tocó un par de veces la puerta, su secretaria no estaba y le parecía de muy mal gusto entrar sin tocar, así que esperó a que la mujer le hablara al otro lado y así lo hizo.—Hola —le dijo ella apenas entró y Alexandra le sonrió mientras empacaba algo en una mochila —Eduardo me dijo que viniera a verte —Alexandra le sonrió de lado a lado y a Ana pareció intimidarle un poco aquella sonrisa.—¿Estás lista para una aventura? —Ana movió la cabeza afirmativamente, aunque no estaba muy segura a qué se refería.—Vamos a hacer algo un poco ilegal —le dijo la periodista tendiéndole la mochila —Bueno, más bien muy ilegal — vio salir a la mujer con paso decidido y la siguió torpemente y cuando la alcanzó en el ascensor le preguntó con un tono que intentó sonar casual pero que en realidad le salió ansioso.—¿Exactamente a qué te refieres con ilegal? —Alexandra se la quedó mirando un momento, como si calificara las cualidades de Ana para lo que estuvi
Eduardo tuvo que dejar las cajas en el suelo para ayudar a Ana a quitarse de encima el lazo que tenía colgando por todo el cuerpo. —¿Qué estaban haciendo? —le preguntó él y ella se encogió de hombros. —Que te lo cuente tu hermana, yo ya te he sacado de quicio varias veces —Eduardo bufó, parecía que le molestaban los misterios, después de que Ana lo pensó se le hizo muy lógico, por eso hacía lo que hacía —solo no me dio tiempo de quitarme esto de encima —después de que terminaron y Ana tenía el lazo perfectamente envuelto sobre el hombro instó al periodista que le dijera para qué la necesitaba, por alguna extraña razón Ana sentía que le iba a llamar la atención por algo y eso la puso ansiosa. El hombre se aclaró la garganta. —Quería preguntarte si no te molestaría que le diera unos regalos a tu hermana Luisa —Ana ladeó la cabeza y Eduardo levantó las manos de inmediato —no es lo que piensas, tranquila, solo… es que me pareció muy carismática y tiene talento para eso de las redes, me
Ana trató de ayudar a limpiar a Álvaro de la mejor manera que pudo, pero el hombre había tenido que salir de la oficina con el saco envuelto en la mano y el pantalón húmedo y pegajoso, por suerte para él tenía en su oficina cambio de ropa y salió como un volador sin palo a cambiarse antes de que alguien lo viera.Ana pasó unos minutos tratando de organizar el escritorio y limpiando la silla con pañitos húmedos y cuando se sentó se quedó mirando la pantalla del computador un rato, sin ser capaz de asimilar del todo lo que había pasado, ¿enserio le había hecho un oral a su compañero de oficina? Si, lo había hecho y admitió que lo había disfrutado bastante, pero aún le quedaban muchas cosas por en entender el camino de descubrir su sexualidad.—Nahuel, ¿qué siente una mujer al tener un orgasmo? —se sintió avergonzada al preguntarle, pero se tuvo que recordar que era una máquina.—Estos son los resultados que encontré en la web —Ana escuchó atentamente cada palabra que le leyó el asistent
Ana había estado investigando el resto de la tarde, y por más loco que le hubiera sonado al principio terminó investigando artículos no relacionados con Jábico que hablaba sobre lobos gigantes y le sorprendió lo realistas que se veían los videos y las imágenes. Hasta que encontró un ideo de un hombre que aseguraba haber visto uno.—Nahuel, reprodúcelo — el video comenzó a reproducirse, era un hombre de pie junto a un bosque, tenía un claro acento colombiano, pero Ana no recordó en ese momento de donde era.—Yo lo vi —decía el hombre —era un hombre alto y muy blanco que apareció de la nada cuando un jaguar quería atacarme allá en el bosque, saltó hacía el frente y se transformó en un enorme lobo negro de al menos dos metros de altura que asustó al jaguar —el hombre hablaba con los ojos abiertos frente a la macara y Ana cerró la pestaña con rabia.—No puedo creer que lleve tanto tiempo investigando esto como para que terminen siendo absurdas fantasías de hombres lobo —tomó un lapicero q
Las manos de Eduardo se quedaron sobre la mesa cuando Ana quitó las suyas lentamente y le apartaba la mirada viendo por la ventana, sintió un vacío en el pecho al verle el rostro compungido del hombre, pero, ¿Cómo podía darle una oportunidad si ya lo estaba intentando con Álvaro? ¿qué clase de persona sería?—¿No? —preguntó y ella apretó los ojos, no quería darle la cara, se sentía contra la espada y la pared —mirame, Ana —ella lo hizo con esfuerzo y los ojos verdosos del periodista la taladraron —no me mientas, sé que te atraigo.—La atracción no lo es todo, yo decidí darle una oportunidad a Álvaro y no puedo retractarme ahora.—Si quisieras sí puedes, no deberías estar en una relación que no te llena solo porque él llegó primero —le dijo y Ana golpeó la mesa con la palma de la mano.—¿Cómo sabes que estoy en una relación que no me llena? Apenas comenzamos —Eduardo no contestó, parecía que tenía muchas cosas que decirle, pero prefirió guardar silencio, y fue la primera vez que Ana vi
Ana sostuvo el celular con fuerza entre las manos, ¿Cómo podía decirle al hombre al otro lado del celular que podía confiar en ella? Le envió el link de la publicación de In Premiere sobre el orfanato y adjuntó:—Trabajo para el periódico que descubrió los negocios sucios de Jábico con CERBERO, no sé cómo ganarme su confianza más que con prometerle que esta conversación quedará en secreto a menos que usted lo decida, y su identidad nunca será revelada —envió y esperó atenta con los ojos pegados al aparto hasta que el hombre al otro lado contestó.—Bien —dijo —nunca nadie había querido escucharme antes, ¿por qué usted sí? —Ana ladeó la cabeza, lo había olvidado desde que la palabra hombres lobo apareció en su búsqueda, pero no tenía nada que perder escuchando qué tenía para decirle.—Quiero llegar hasta al fondo de todo este asunto —le contestó ella y él se tardó un momento en contestar.—Si los videos y las imágenes que le enviaré a continuación le abren la mente, nos encontramos maña
Ana se puso de pie de un tirón, de seguro tenía la cara pálida como una hoja de papel.—Tengo que revisar yo misma —dijo y salió corriendo de la oficina bajo la atenta mirada de todos. Pensó que justo había podido conocer a Elisa valencia y ahora parecería una loca que habla de criaturas de fantasía.—¡Nahuel! —gritó cuando entró a la oficina —¿Dónde están las imágenes que te pedí guardar? —le preguntó con rabia, como si estuviera regañando a un empleado incompetente.—¿Qué fotos? —le preguntó él y Ana no le contestó, eso le pasaba por confiar en la tecnología, era mejor todo a la antigua. Se sentó frente al computador y accedió a la capeta de imágenes y comprobó que sí estaba vacía, luego en la papelera y tampoco encontró nada. Tomó la cajita metálica de Nahuel y amenazó con lanzarlo a la pantalla del computador, pero Eduardo entró seguido del modelo rubio y le quitó la caja a Ana de la mano.—Calmate —le dijo —Alexei, ¿podrías revisar? —Ana se puso de pie con los brazos cruzados y l
Ana pasó un largo rato verificando hasta el cansancio una y otra vez si las fotos o los videos habían aparecido o no, e incluso regañó a Nahuel, pero el asistente virtual no parecía entender a qué se refería y se vio tentada a apagarlo un rato, pero en la pequeña caja metálica no encontró ningún botón o algo que le indicara que podía desactivarlo en vez de lanzarlo por la ventana.Después de rendirse y recostarse en la silla a mirar al techo logró relajarse un poco, de igual forma las imágenes y el video de la chica que se transformaba en lobo podían ser editados, es más, deberían serlo, en pleno dos mil veintidós no podía existir toda una estirpe de personas sobre humanas sin que nadie se diera cuenta de ello. Se rio en voz alta de sí misma, debió haber quedado como una loca frente a los demás, ¿qué pensaría Eduardo? ¿y Álvaro? El hombre permaneció en un segundo plano todo el tiempo y trató de interactuar lo menos posible con ella, así que se puso de pie y caminó hacia la oficina del