Me despierto a la mañana siguiente en el sillón, sigo vestida pero no tengo mi ropa interior puesta, la busco entre el sillón, pero no está. Bajo mi mirada al suelo y lo vi a él durmiendo en la alfombra gris. Debajo de su espalda está mi braga, la saco sin despertarlo. Lo logro y me la coloco levantándome del sillón caminando por la casa. Fui a su habitación, me pregunto porque no lo hicimos en esta enorme cama de dos plazas. Me siento en ella, es muy cómoda, me recuesto y mirando a la pared de ese cuarto hay colgado una fotografía de una mujer. ¿Quién es?—Buenos días—me dice mirándome desde el marco de la puerta prendiéndose la camisa.Le sonrío sentándome en la cama—Hoy si puedo aceptarte el desayuno.—Ya está—se pega la vuelta yéndose para la cocina. Me levanto y lo sigo, la mesa está servida, el desayuno es wafles con helado de chocolate y un capuchino muy delicioso. Disfruto cada bocado de esa deliciosa comida.—Es riquísimo—le digo dejando el plato limpio. Mi c
Leer más