Es el último día de clases; ya se puede respirar el fin de semana. No veía la hora en que esta semana termine, más aún después de lo ocurrido ayer. Desde la nota en mi casillero, hasta el hecho de haber contado una parte de mi vida… Una de las peores tal vez. A Derek. Pero por más extraño que parezca, no me sentí mal al hacerlo. Fue como si una parte de mí, supiera que él me entendería, que sabría las palabras justas que debe decir.La tarde de ayer luego de haberle contado lo ocurrido con mi hermano, Derek me dejó llorar en su pecho, me sostuvo cuando creí que el mundo bajo mis pies desaparecería. Se quedó conmigo hasta entrada la noche, hablando de nada pero diciendo mucho al mismo tiempo. Esa es una de las tantas razones por lo que me encanta sacarle fotografías; su presencia parece estar en armonía con el mundo entero. A pesar de esa coraza de hostilidad con la que se disfraza.Bajo del auto con cansancio y más sueño del que debería y empiezo mi caminata por el campus, pasando jun
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