Amelia estaba sentada en un columpio mientras admiraba el jardín, para ella todo era realmente hermoso. Amelia se deleitaba con la naturaleza y disfrutaba de cada parte de ella, de la caricia de la brisa, del frio del viento cuando soplaba fuerte, del calor del sol, del frescura de la lluvia y del olor a la tierra mojada, así como el olor de las flores. En ese momento el día era brillante, el sol estaba en su máximo esplendor, las flores estaban relucientes vestidas de colores. Las mariposas revoloteaban sobre el jardín haciendo lucir un paisaje maravilloso.Estando en ese espacio en ese momento ella se sentía tan a gusto que por un momento había olvidado que la habían capturado y encerrado en ese lugar en contra de su voluntad.Ella estaba experimentando la cálida brisa y los rayos de sol sobre su piel, mientras se mecía ligeramente en el columpio, la paz y serenidad que estaba sintiendo era realmente incomparable.-Señorita Amelia – dijo una suave voz detrás de ella – necesito que m
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