Cuando Amelia llegó a la cabaña caminando toda la orilla de la playa ella vio a Ángel saliendo del agua. De inmediato ella se quedó paralizada, ella nunca se había detenido a apreciar la gran belleza del hombre. Su cuerpo perfectamente esculpido, su rostro bronceado hermosamente, Ángel lucia realmente hermoso mientras su cabello mojado goteaba. Amelia debió sacudir su cabeza para poder mirar a otro lado y salir del shock en el que se había quedado al notar la gran belleza de Ángel.Ella miró hacia otro lado e intentó ignorarlo, pero, aunque su cuerpo hizo lo que ella quiso su mente siguió repitiendo la imagen de él una y otra y otra vez.- ¿Acaso me estoy volviendo loca? – pensó Amelia al darse cuenta de que ya estaba pasando demasiado tiempo pensando en Ángel, incluso una parte de ella ya no quería escapar.Amelia reprimió la parte de ella que no quería escapar y se concentró en todo lo demás, de ninguna manera ella podía pensar en el hombre que la había comprado tratándola como si e
Amelia duró un largo rato observando la pintura mientras experimentaba sentimientos encontrados. Aunque Amelia no quería admitirlo ella apreciaba aquella pintura la cual no sabía por que la había creado. Ella se preguntó una y otra vez que parte de ella la condujo a realizar aquella pintura. Amelia se dio cuenta que desde hacia un tiempo su parte creativa parecía tener mente propia.Amelia se paró lentamente y tomó una lata de pintura negra y la arrojó sobre el lienzo cubriendo de negro su anterior creación. No importaba cuan perfecto había quedado aquel cuadro, ella simplemente no podía permitirse realizar ese tipo de pintura que lograban confundirla demasiado.…Cuando ángel terminó su almuerzo quiso seguir a Amelia de manera disimulada, él solo quería ver la pintura que había causado tanto estragos en Amelia y Amarilis. Él vio que Amelia se había encerrado en su habitación la cual tenia un gran ventanal que daba a la playa. De inmediato Ángel salió de la casa y se dirigió a la play
Cuando llegaron a la oficina Ángel se sentó detrás del escritorio y permitió que Dariel se sentara en la silla del frente. Por algún motivo Dariel sentía que el ambiente en la oficina se sentía muy frio y la calidez que Ángel le había mostrado antes como su jefe se había espumado por arte de magia.Dariel podía sentir el mal humor de Ángel, pero no era capaz de preguntarle nada ya que había escuchado del temperamento fuerte de su jefe en otras ocasiones. Sin embargo, esa era la primera vez que Dariel lo veía de esa manera a pesar de que había trabajado como gerente de sucursal en las empresas de Ángel desde al menos cinco años. Además, cuando Ángel lo llamó para cambiarlo de puesto y enviarlo a la isla aparentemente estaba de muy buen humor ya que incluso se había tomado la molestia de elogiarlo por su buen trabajo como gerente.Dariel siempre había tenido una buena relación con Ángel como su empleado de alta gerencia ya que la sucursal de la que estaba a cargo antes siempre había man
Ángel miró a Amelia con detenimiento y estaba realmente sorprendido de que ella le haya dicho eso. Era cierto que toda la isla le pertenecía a ella, era un regalo que él acababa de darle, pero nunca se imagino que ella lo catalogaría como quien estaba invadiendo su espacio. Él consideró que Amelia era muy mal agradecida por tratarlo así después de que había sido él la persona que le regaló la isla.El corazón de Ángel se arrugó dentro de su pecho, Amelia siempre lo trataba mal, pero el hecho de que esta vez lo estaba haciendo para defender a un desconocido le dolió en gran manera.- ¿Acaso te gusta ese hombre? – le preguntó mientras apretaba su brazo con fuerza, los ojos de Ángel parecían llama de fuego, la ira y los celos lo estaban consumiendo.-No te importa – dijo Amelia igualmente enojada, ella no podía creer que él le estaba haciendo una escena de celos, eso realmente le molestaba – si alguien me gusta o deja de gustarme son mis problemas.Ángel tomó a Amelia y la arrinconó en u
Cuando Ángel se paró de la tumbona ya era muy tarde de la noche. Cuando él se puso de pies sintió como la cabeza le daba vuelta y por un momento sintió como si sus pies tuvieran personalidad propia. Su corazón se sentía profundamente herido, la tristeza le invadió todo su cuerpo, que Amelia lo odiara era algo a lo que él nunca podría acostumbrarse.Se dirigió a la habitación de Amelia y la encontró profundamente dormida. Él se acercó a la cama y tomó una de sus manos con delicadeza, como si estuviera agarrando porcelana delicada. Ángel depósito un suave beso en el dorso de Amelia y luego lo acarició con su mejilla.-Mi amor si tan solo supieras que lo único que he hecho es protegerte. Si te dieras cuenta de que lo único que quiero es hacerte feliz. Si pudieras ver que soy capaz de dar mi vida por el bien de la tuya – susurró Ángel mientras le miraba su rostro dormido con ternura – puedo soportarlo todo en la vida, he sido capaz de sobre vivir a cosas realmente duras durante mi proceso
Cuando iban en el avión privado de Ángel Amelia no pudo evitar quedarse dormida en uno de los cómodos asientos de piel. Cuando Ángel la vio la tomó en sus brazos y la llevó a la pequeña habitación y la depósito en la cama con suavidad. Luego Ángel se sentó en un mueble reclinable para velar el sueño de Amelia. Amelia se pasó casi todo el viaje dormida en la cama mientras que Ángel yacía en el mueble con los ojos cerrados. Ellos solo se levantaron cuando escucharon la voz del piloto en el alta voz diciendo que todos debían prepararse para el aterrizaje.Amelia despertó y se dio cuenta que ya no estaba en el lugar donde se había quedado dormida. Ella se levantó y vio que Ángel estaba sentado en un mueble de la misma habitación. Ella no se molestó en hablarle a pesar de que sabía que él había sido el que la había acomodado en la cama. Ambos se pararon y se dirigieron a un asiento del avión donde colocaron su cinturón.En cuanto el avión aterrizó había un vehículo esperándolos en el aerop
Aunque el tiempo estaba pasando, Ángel no perdía la esperanza de lograr su objetivo de que Amelia se enamorara de él.Había pasado tres meses desde que Ángel capturó a Amelia y desde hacía ya un tiempo ella había bajado la guardia, se mostraba completamente resignada a que nunca saldría de allí. Además de que siempre se sentía más confundida, incluso habían momentos en los que ella pensaba que se estaba volviendo completamente loca.Cada noche ángel subía a cenar con ella y cada día ella lo conocía un poco más. Él siempre trataba a todos sus empleados a la patada, pero en lo que concernía a Amelia siempre se mostraba compasivo. Para Amelia había llegado el momento de poner su plan de escape en acción. Ella no podía permitir que Ángel se abriera espacio en su corazón porque el hecho de que frente a ella se comportara de una manera tan dulce, no borraba el hecho de todas las cosas malas que él había hecho. Aunque el corazón de Amelia estaba a punto de doblegarse ante él su mente no lo p
Ángel se fue a su casa temprano porque tenía que prepararse para viajar el día siguiente. En cuanto llegó se dirigió a la habitación de Amelia y la encontró pintando un hermoso cuadro. Era evidente lo mucho que a ella le apasionaba el arte y el talento innato que tenía para eso. Ella pasaba la mayoría de su tiempo creando, sobre todo después de llegar a la mansión de Ángel donde según ella eso era lo único que podía hacer.En esos tres meses de convivencia con ángel Amelia había aprendido a manipular a Ángel en cierto modo, por alguna razón él siempre quería complacerla en todo. Incluso Amelia había llegado a pensar que él realmente la amaba ya que se había dado cuenta que a pesar de ser el diablo con los demás con ella era todo un ángel de Dios.-Veo que hoy estás inspirada – dijo él en cuanto entró a la habitación sin tocar la puerta haciendo que ella pegara un salto y dañara el cuadro por el susto.- ¿Cuándo aprenderás a tocar la puerta? – dijo ella mirándolo con molestia – ni siqu