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Todos los capítulos de Los Matices de mi Vida.: Capítulo 161 - Capítulo 170
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Capítulo ciento sesenta y uno: Presos del miedo.
Después de lo ocurrido, ambas mantenemos la esperanza de que alguien nos encuentre pronto y ninguna de las dos se atreve a llevarle la contraria a Rebecca que ahora está peor que antes, pues perdió la poca cordura que le quedaba. La maldad que la carcome es tan grande, que llevamos mucho rato escuchando cómo habla sola, insulta y pelea con alguien que solo existe en su propia mente. Cuando volvió a entrar en la habitación, yo estaba con contracciones y apenas podía moverme. Llevaba así desde hacía varias horas o, por lo menos, eso creía, midiendo mi propio tiempo entre una y otra. Así que aprovecho la situación para arrebatarme a Aurora, aunque quise aferrarme a la joven y ella a mí una nueva contracción me hizo gritar perdiendo el agarre de Aurora. — Parirás sola y me comeré a tu bebé frente a tus ojos antes de acabar contigo— fue lo último que dijo saliendo de la habitación con ella. Podía oír los gritos, el llanto y súplicas de Aurora junto a los golpes que Rebecca le daba.
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Capítulo ciento sesenta y dos: Dando mi vida por mi familia.
Caminando con cautela, mirando cada sitio con ella frente a mí, sus pasos se detuvieron cubriendo mi boca cuando quise preguntar el porqué de detenerse abruptamente. Esta chica era peor que un sabueso cuando de escuchar se trataba. — Escucho algo— susurró muy cerca de mí. Luego salió disparada en una dirección, yo me apresuré a seguirla y a metros de ella pude escuchar los gritos de Aurora que casi se podían confundir con el ruido de las olas. Renata se tiró al agua tras quitarse la campera y en ese momento distinguí a mi hermana gritando con el agua en el cuello. Cada m*****a ola le cubría la cabeza y sabía que aquella situación dejaría de ser un problema en pocos minutos, pues el agua estaba subiendo y ella se ahogaría. La seguí con astucia, sacando de las manos de mi esposa la navaja, para hundirme en ese instante e intentar liberarla. Poco tiempo después volví a la superficie. — ¡No es soga, es alambre!— exclame con ira, ella me tomó del hombro colocándome frente a mi her
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Capítulo ciento sesenta y tres: Rebecca.
(En el hospital) Fernanda aún sigue dormida. Aguantó tantos días en tan mala situación, que no puedo evitar sentirme culpable por no haber llegado antes. Nuestra hija tuvo suerte; la protección de su madre y su tío evitaron que muriera de frío. Cuando la enfermera me la entrega cada parte de mi ser tiembla, las lágrimas oprimen mi pecho mientras la pequeña se acurruca en mis brazos disfrutando de mi calor, mirándola es como ver el pequeño calco de la mujer que amo, sus labios; sus ojos, su nariz; hasta el remolino en su pelo son iguales a ella… Jesua, entra en la habitación con el brazo vendado y, a pesar de haber recibido un balazo, lo ves olímpico. — Haber, haber; dónde está mi sobrina— pregunta mientras Andrómeda se abre paso y camina hacia mí. Luca comienza a llorar solo con vernos. — ¿Mi hadita, cómo está ella, y mi mini hadita? Mis palabras se ahogan cuando intento contestarles, seguido de ellos; Renata junto a Axel y Dilan aparecen, ella no titubea y toma a la pequ
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Capítulo ciento sesenta y cuatro: Dos años después.
Estoy en el cementerio, frente a la tumba de mi abuelo, —Hola, querido abuelo, perdóname por no haber venido en tanto tiempo— me arrodillo frente a el, dejando las flores en frente a su foto, —Ahí tantas cosas que quiero contarte— comienzo con una charla íntima solo él y yo. “Abuelo, por fin pude ser feliz, ya han pasado dos años desde que la policía toco mi puerta para confirmarme que ella había sido encontrada muerta, pude vivir en paz cuando todos ellos pagaron por sus delitos, lo sé; lo sé, tú ya debes saberlo todo, jamás me has dejado sola, abuelo querido sé que por fin puedes descansar en paz, tengo a mi lado a un hombre bueno, que me ama, una enorme familia que sé que tú pusiste en mi camino y una preciosa hija que ilumina mi vida día a día con su ternura y ocurrencias”. Después de despedirme de él, también dejé flores en la tumba de mi abuela Clara. Mi pequeña Ariana viene corriendo hacia mi seguida de su apuesto padre, la tomo en mis brazos y ella me besa en la mejilla,
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Capítulo ciento sesenta y cinco: Final.
Este fin de semana largo decidimos pasarlo en familia, los tres solitos en la cabaña; donde tenemos tan bonitos recuerdos juntos, salgo de la misma dirigiendo mi vista cerca del lago, puedo ver a Matt corriendo atrás de su hija, que rebosa de vida y felicidad, su largo cabello vuela con el viento; mientras juegan juntos. Camino hacia ellos y él me toma en sus brazos alzándome del suelo, — ¡Mamá ha sido atrapada! — exclama mientras gruñe, Ari grita y sigue corriendo mientras paso mis manos por su nuca y le robo un beso. Cuando vuelve a bajarme, corre tras Ari y la levanta en sus brazos, comiéndola a besos y haciéndole cosquillas, ella no para de reír, ya exhausta por correr mientras le pide a los gritos que no se la coma. Continúo jugando con ellos un largo rato, hasta que decidimos entrar, ella juega encima del sofá con todos los peluches que decidió traerse de paseo con ella, mientras yo corto algunas verduras para acompañar la cena. Matt se aleja de ella y me abraza por detrá
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Capitulo extra: Steven conoce a la inglesa.
Ya han pasado tres años desde la última vez que la vi, ahora me encuentro en Inglaterra, trabajando como custodia para un hombre importante. Mi rutina es igual todos los días, pero no me quejo; esta profesión se ha hecho parte de mi vida desde hace muchos años. Hoy es un día tranquilo, mientras espero que me den el reporte de seguridad; me puse a revisar mis redes sociales encontrándome con ella. Una sonrisa se dibuja en mi rostro al verla tan feliz y llena de vida; notando la preciosa familia que ha formado junto a él. Su pequeña hija y el precioso niño que tiene me hacen confirmar una vez más que haberme alejado de ella fue lo mejor que he hecho, pues su corazón le perteneció a él desde el comienzo y sé que le pertenecerá la vida entera. A pesar de todo, aún tengo contacto con todos ellos, en mis vacaciones seis meses atrás; fui a visitarlos, verlos con sus hijos fue muy lindo. William vino a visitarme hace un mes y tuvimos una charla muy agradable. Como siempre no pierde la o
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Capitulo extra: Antuan y Tiara.
En los años siguientes, los ciclos de cambio, comienzo y cierre trajeron nuevos problemas, distanciamientos y momentos inoportunos a la vida de esta pareja un poco dispareja. Dos mitades iguales; egocéntricas que encontraban en el otro el glamur de un amor superficial que ellos consideraban perfecto. Antuan siguió con los mismos pensamientos y metas que tenía en sus años de universidad, perdiendo algunos campeonatos por no ensuciar su adorado rostro; desconcentrándose con la belleza que reflejaba su móvil con la pantalla bloqueada, metiéndose en problemas ajenos como si fueran propios. Es que él era, de esa forma, un hombre con demasiado amor propio; un hombre al que solo le importaba el qué dirán, sujeto que encontró en el alma egoísta de Tiara a su alma gemela. Ella se había vuelto una mujer calculadora, morena; que te haría conocer el infierno si la provocabas, tarde se dio cuenta de que su amor por el dinero, las prendas caras y las joyas finas era mayor que el sacrificio de de
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Capítulo extra: Andrea y sus bebés
Andrea siempre se creyó superior a todas las personas y como no serlo si siempre tuvo todo a la mano. Su casamiento con Darek fue uno de esos momentos más felices de su vida, el chico número uno del equipo; el capitán, ese hombre que la volvía loca al grado de hacer el amor en alguna parte de la universidad. Planes prometedores no pasaron por alto en la planificación de su vida, estatus y seguridad social no faltaron, eran una pareja perfecta. Ella dedicaba su tiempo a verse como la realeza para él, cambiando ese enfoque en las noches, pues su deseo de que todo funcionara y de que ambos se sintieran completos no tenía límites, ni pudor. Las deliciosas guerras de sus sabanas, se llevaban la mitad de sus horas de sueño, pero eso no importaba. Por lo menos no para ella, Andrea era una feliz ama de casa con una vida muy cómoda. Sus únicas preocupaciones eran su apariencia y pensar en qué ordenarle a la cocinera para las comidas. Los problemas comenzaron cuando su hombre perdía más ho
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Capítulo extra: Aurora llega junto a Juno.
Cuando la tempestad tuvo fin, Aurora permaneció en contacto con su hermano y más aún con su sobrino. Ella comenzó a estudiar nuevamente lo que realmente amaba, ser veterinaria, pero no de ciudad; ella amaba los animales de granja y quería dedicarse a ellos. Aunque sus padres esperaban verla superarse de una forma distinta, nada pudieron hacer para que ella desistiera de sus sueños. Los primeros años fueron difíciles, pero ella nunca perdió la paciencia, mucho menos el control de sus emociones. El momento de pasar de lo escrito a la práctica había llegado al fin, muchas pequeñas granjas, aceptaban a pasantes para trabajar, ya que no tenían que pagarles, solo enseñarles y permitir que vivieran en el lugar. El gobierno pagaba un bono a cada estudiante y también a la granja que los acogía como incentivo para que su formación fuera lo más eficiente posible. Mira si es grande el destino y nuestros pasos muy chicos, que de todas las pequeñas granjas que habían comenzado a funcionar no hac
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Capítulo extra: Te quiero.
Juno acompañaba a su madre a dar una vuelta por la granja, como hacía buen tiempo, valía la pena dar un pequeño paseo. Su madre, que lo conocía a la perfección, notó lo sombrío en sus palabras, — ¿Quieres contarle a mamá lo que ocupa tus pensamientos? — le preguntó sujeta a su brazo, — No me ocurre nada, madre —contestó, ocultando la verdad, Clara no era boba, sabía lo que ocurría hace ya varios meses en su hogar, así que; dando unos minutos de silencio, optó por darle un consejo, —Ella se irá mañana, Juno, si lo que tu corazón siente es real; no la dejes marchar sin decírselo, no debes temerle al amor. Su hijo la escuchó, más no dijo nada, solo detuvo sus pasos dejando un beso en la mejilla de ella, para continuar su paseo un poco más. La tarde se había vuelto calurosa, Aurora; que cuidaba de un animal enfermo, decidió buscar para el mismo un poco de ración, yendo hacia el granero, no pudo evitar sonrojarse al verlo a él, entrando los fardos con calma y la camisa totalmente des
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